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Siempre fui una niña sociable, tenía un montón de amigos, ya fueran niñas o niños, me llevaba bien con mis compañeros de clase, aunque no durara mucho en un colegio.

Mi familia se cambiaba de casa, nunca entendí el por qué, pero no me quejaba, así tenía la oportunidad de conocer a más personas, nunca bastaba para mi tener amigos en todos lados, siempre quería más, tal vez solo quería ser querida, apreciada, amada... o tal vez era porque no tenía hermanos o primos cercanos con los que pueda interactuar a mi edad.
Estuve exactamente en 4 colegios distintos y nunca fui al jardín de niños. Ya para mis 8 años estaba en una ciudad nueva, esta vez solo con mi mamá, mi padre viajaba mucho y eso hizo que se separaran, nunca tuve una buena relación con mi padre, pero aún así lo quería.

La casa donde ahora vivíamos era pequeña, casi hecha para que vivieran dos personas, exactamente para una madre y su hija. Me gustaba tener una nueva habitación donde dormir, así la decoraba tiernamente con mis pertenencias favoritas, peluches y algunos de mis dibujos. A mitad del año fue cuando llegamos a la nueva ciudad así que mi mamá me metió rápidamente a un colegio, el más cercano a la casa, este era un colegio religioso y la verdad era muy humilde y pequeño, muy de mi agrado.

ella y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora