La calidez de tu alma

Parte 4 - Final

Tal como se predijo, la rutina del alfa llega justo después de su primer encuentro sexual, por lo cual, para fortuna o desfortuna del omega. El alfa lo tuvo simbólicamente encadenado a su cama, por lo que fueron 5 largos días, antes de que cualquier otro miembro de la manada los pudiera volver a ver caminando entre ellos.

O al menos se logra ver al alfa... El omega no sale de su residencia compartida, al menos por otro día más tarde. Se presume que debido al agotamiento de tener que lidiar con la rutina de un alfa tan prominente como lo es su líder.

Los días que le siguen, Wei Ying es llevado al ala médica del clan. Las marcas de látigo en la espalda del joven omega eran recientes, pero yacían sobre un lecho de marcas viejas y descoloridas, la piel irregular y levantada: los restos de un cuerpo obligado a sanar demasiado rápido, con demasiada frecuencia a medida que crece. También hay rastros de qi en las heridas, líneas ramificadas en su piel que hablan de armas utilizadas para castigar.

Armas utilizadas contra un omega que no podía defenderse.

Todo el clan Lan se indigna.

A pesar de todo lo que se ha visto en los largos años de vida del Clan, varios de los curanderos que lo revisan, todavía se sientan sin querer mirar el rostro del pequeño. Algunos salen de la clínica con intenciones de buscar ese lugar al que el omega alguna vez llamó su hogar y arrasar con todo el territorio. El alfa líder tuvo que ser retenido para que no iniciara una guerra con el otro clan, alegando que abría una oportunidad para hacerle justicia más adelante.

El mundo los decepciona.

Un mundo que habla de honor y rectitud por encima de todo, pero pisotea a los débiles con la crueldad característica de un monstruo.

Ahora está a salvo.

El clan Lan extiende sus manos para envolver al omega con ellas.

Eso es lo que importa.

Puede que solo sean un clan de lobos aislado en las montañas, pero tienen el poder y el nombre.

Los Lan cuidan de los suyos.

El Clan de lobos Lan ha prosperado por muchos siglos, aún si parecen esconderse en el mismo borde del mundo. Todos los que conocen su linaje, saben que meterse con un Lan es desafiar directamente a la misma muerte.

Lo mantendrían a salvo.

Es una suerte que a pesar de ser tan joven, el núcleo dorado del omega sea un verdadero sol ardiente en lugar de la luz de vela que debería ser. Pero incluso con lo brillante que es, un núcleo dorado por sí solo no debería luchar contra tantas cosas a la vez; desde las heridas en su espalda, hasta el cansancio evidente por el que tuvo que pasar y por supuesto, el grillete de esclavitud que quedó marcado en su alma. Tal como están las cosas, el omega llegó con ellos apenas pudiendo mantener unido su cuerpo, forzando las últimas fuerzas de su espíritu a través de su destrozado camino. 

Lentamente, quizás más lentamente de lo que el clan hubiese preferido para su Furen, Wei Ying comienza su proceso de adaptación. Su cuerpo sana acostumbrándose a un trato más amable y pasivo por parte de sus compañeros. Lentamente, Wei Ying se entrelaza con los habitantes de la manada, dando una visión constante y bienvenida mientras revolotea de una cosa a otra, siempre dispuesto a ayudar, siempre dispuesto a aprender.

Descubren que es tan bueno con la espada y con los talismanes, así como es bastante bueno regateando precios y solucionando negociaciones difíciles como también entreteniendo a los cachorros cuando es necesario.