El pelo de la nuca se le eriza y un sudor frío le recorre el cuello. Se siente observada. En la oscuridad de su cuarto algo le mira con fijeza. No puede dormir, tampoco cerrar los ojos. Se tapa hasta la coronilla, escondida, alejada, protegida de lo que sea eso. Pero el escudo no funciona. Sigue ahí, la ve a través de las mantas. No puede moverse. Una respiración ajena le demuestra que no está sola. La madera chirría. Un peso hunde la cama a su lado. Dedos largos se introducen entre las mantas y llegan hasta los cortos mechones de su pelo, le hacen cosquillas.
—Susana—susurra con voz rasposa.
Repite el nombre varias veces. Un aire gélido se cuela en la habitación. Las mantas no son suficientes y al respirar suelta vaho.
—Susana—repite la voz—.Susana. Susanita. Susanita tiene un ratón, un ratón chiquitín...
Nota patas chiquititas recorrerle las piernas.
—Que come chocolate y turrón y bolitas de anís.
Las patas avanzan por su cuerpo. Por entre las piernas, por la barriga, por los brazos, por el cuello. Más patas. El chillido de los ratones resonando entre la oscuridad de la habitación.
—Susanita tiene un ratón, un ratón chiquitín.
Las patas la recorren, se le clavan. Le arañan.
—Que come carne podrida, que come a Susanita.
Pequeños mordiscos en su piel. Un grito congelado en su garganta.
—Susanita tiene miedo, Susanita teme a su ratón. Susanita tiene un ratón, un ratón chiquitín. Que come carne viva, que come a Susanita.
Los dedos largos enredados en su pelo. Un tirón, dos, tres. Los mordiscos continúan. No se puede mover. No puede gritar. No puede pedir ayuda.
—Susana. —La voz ha cambiado. Ahora es aguda y dulce.
Susana abre los ojos. La habitación está iluminada. Le duele la piel en todo el cuerpo, tiene cicatrices pequeñas, arañazos y juraría que le falta en algún lado.
—Susanita. —Susana se estremece —.Despierta. Ha sido una pesadilla.
No lo ha sido. Eso sigue ahí. Oculto y a simple vista. Puede sentirle, su respiración, el arañar de sus dedos largos y las patitas de los roedores.
—Susanita tiene un ratón —murmura Susana—. Un ratón chiquitín.
Frías lágrimas le recorren las mejillas.
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Susanita tiene un ratón
HorrorEstá ahí. En la oscuridad. Se le oye respirar, moverse. Araña lo que tiene cerca con sus largos dedos. Susanita tiene un ratón, un ratón chiquitín, que come chocolate y turrón y bolitas de anís. Susanita tiene miedo.