En otra vida

Al inicio fue algo así...

"-Te amaré, incluso, después de la muerte.
-¿Y si no hay nada después?
-Tendrás a alguien que te amó hasta el último día de su vida."
-Colwyn Miguel.

Debes saber que en un inicio todo lo que ahora te contaré no tenía sentido, que mi forma de ver la vida me decía que todo aquel mundo no existía. Ahora sé con certeza que era mi mente la que mentía.

No recuerdo el nombre real de aquel sitio considerado imaginario, ni el porque de su misteriosa presencia en este mundo donde cualquier cosa fuera de lo "creado por Dios" es conocido como raro. Lo llamaremos Alta Tenia: un país soñado.

Mi nombre pronto te daré, solamente quiero dejar un testimonio de mi experiencia y cada vivencia, tal vez alguien me podrá ayudar a calmar cada duda que a mi mente no dejan de atormentar.

Como lo dije mi nombre te daré, soy Noah Dreigon, y si esto escribo es porque sé ahora que lo vivido jamás fue un sueño. Todo inicio una tarde en Kental, el pequeño pueblo en el que yo crecí, mis ojos violetas debido a una rara condición genética siempre me impidieron llevar una buena relación con alguien, en especial al ser homosexual, pues para mi comunidad era considerado anormal. Mis padres no tuvieron problemas, Soro Demir y Dray Dreigon, ambos dos hombres que a mi hermana Shas y a mi nos llenaron toda la vida de sonrisas.

Pensarás que es raro, y tal vez lo es, pero para mis padres el saber que podrían evitar que en mi mente quedara grabado el daño de la sociedad y de la familia, era lo mejor. Después de todo los rechazaron a ambos por amarse de esa forma.

Soro es bisexual, es decir que siente atracción por ambos sexos, Dray en cambio es homosexual al igual que yo.

Ambos se conocieron cuando eran realmente jóvenes, cuando nos adoptaron tenían al rededor de quince años. Según nos contaron, nos dejaron frente a la puerta del pequeño departamento que sus padres pagaban, estando ahí no tuvieron corazón para llevarnos a una casa hogar por lo que arreglaron documentos y eh ahí el resultado, terminaron con dos hijos antes de terminar de estudiar.

Shas es mi gemela, la diferencia entre nosotros es que ella tiene los ojos como Dray y Soro. Sus ojos son marrones. Muchos llegan a pensar que es su hija biológica por su parecido; a mi en cambio, me tratan como un monstruo por mi sexualidad y el color de mis ojos. El rechazo duele, no lo puedo negar aunque lo intente.

En un principio creía que yo era el problema al existir, deseaba cambiar y rogaba a Dios que, de ser posible, me cambiara por completo.

No me aceptaba, y las críticas solo lo empeoraban. Mi forma de distraerme era escribir, escribía hasta que el mundo se desapareciera para mi, siempre buscando calmar cada emoción y dejar salir cada idea loca que pasaba por mi mente.

Justo la tarde que todo sucedió me encontraba conduciendo, gracias a Soro y sus clases logre conseguir mi licencia.

El único error que cometí sé que fue el estar en una llamada, incluso siendo a manos libres era peligroso.

»-Te lo digo, tu padre va a acabar conmigo-la voz de Soro estaba al otro lado de la línea, se escuchaba cansada -, se comporta como adolescente. Y es poco decir.

-Pa, te recuerdo que mi padre se comporta como un niño casi todo el tiempo. Sólo ten paciencia.

»-Lo intento pero no puedo, otra vez estuvo a nada de matarse por una idiotez.

-Sabes que no lo hace adrede, además te recuerdo lo que dijeron en su boda. -Me detuve debido a que no tenía paso.

»-No te atrevas, Noah.

-Entonces no te quejes. Sabes que me gustaría seguir discutiendo, pero debo irme.

»-Está bien, ten cuidado. - colgó la llamada por lo que solté un suspiro, estaba a nada de seguir conduciendo si no fuera por ese choque.

Un automóvil me chocó por un costado, el dolor se hizo presente debido al impacto, el golpe en mi cabeza me hizo perder de a poco el conocimiento.

Antes de darme cuenta todo era negro, lo que no sabía era que comenzaría una nueva vida. Así fue que inicie de cero.