Tres Historias De Terror

CODIGO-ADAM

"Les recomiendo poner el vídeo de arriba, les servirá como un narrador"

Hoy no hay introduccion, hay que iniciar esto, YA.

Nuestros protagonistas estaban de campamento.

Krater, Machine, Mr Mago y Tails estaban reunidos sentados alrededor de una fogata, preparándose para asar malvaviscos, galletas y salchichas.
(como campamento clásico)

Mientras Variedad estaba dentro de un camping rentado.

Machine: Luego Whisper había invitado a Tangle para hacer una pijamada en nuestra casa, cuando no nos dejaron dormir ni a mi, ni a medio vecindario, tuve que regañarla para que dejaran de hacer tanto ruido.

Krater: Porque tuviste que hacer que esa historia sonará como relato p*rn*.

Machine: Porque ese es el chiste.

Variedad salió del camping.

Variedad: Van a seguir diciendo estupideces o finalmente preparar galletas para todos.

Machine: Lo que nos cause más diversión.

Variedad: Oigan, donde están las chicas, se supone que ya debieron haber llegado.

Mr Mago: Talvez se acorbadaron y decidieron quedarse en la casa.

Tails "con un celular": Eso, o solo el trancon en el bosque está pesado. "Mostrando una foto que le mandaron del camino en el que estaban"

Variedad: Oh, pues por mientras ellas están llegando, que dicen si contamos unas cuantas historias de terror?

Krater: Son Creepypastas?

Variedad: No son de videojuegos ni películas... Ni copias baratas de zilong 09.

Tails: Pues que nos causen pesadillas pues.

Variedad: Que valiente nuestro zorrito... Pero ya. "Sacando una linterna"
"Esta historia trata sobre un lugar misterioso, un supermercado muy raro, pues nadie sabe que pasaba en el fondo de esté.
Algunos dicen que estaba Maldito, otros que estaba embrujado, unos cuantos más decían que era la fachada para un negocio más oscuro, pero hay una cosa clara... Nadie sabe que pasaba dentro de el... Y esta historia inicia con una frase, o con un protocolo..."

“Código Adam”

Alertó con fingido entusiasmo una voz por el intercomunicador. Debía ser calma y dulce para no incomodar a los clientes que realizaban las compras. Sin embargo, todos los empleados nos percatamos de la molestia en esa voz cuando el familiar código nos obligó a detener lo que estábamos haciendo para empezar a buscar al niño perdido.

Apenas iba media jornada y ya acumulábamos tres códigos similares. Código Adam es la palabra clave que utilizan los centros comerciales para advertir sobre un niño extraviado. Es común que se escondan entre los percheros para que sus madres los encuentren, o a veces se distraen en los pasillos de la panadería comiendo felizmente un paquete de golosinas que sus padres no quisieron comprar.

La molestia y el contratiempo pusieron mis ojos en blanco y me sacaron un gruñido mental. Hablando con sinceridad, ¿qué tan difícil es encontrar a una persona? Sé que los niños son pequeños y a veces escurridizos, pero no es como si se los tragara la tierra. Mi colega Miguel se acercó con una mirada que probablemente reflejaba la mía.