El diario de los deseos

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En que estaba? ... Ah sí.

Todos estaban concentrados en la historia de Variedad, y cuando está termino, solo se quedaron confundidos.

Tails: Espera, así que nunca se supo que pasó realmente?

Variedad: Efectivamente, nunca, ni siquiera en la actualidad se supo que pasó.

Mr Mago: Ay c*br*n Ya no quiero ir a una tienda en la que digan, código Adam.

Variedad: No te preocupes, solo se ha registrado un caso como este.

Krater: Pues interesante y todo, pero parece que las chicas aún no van a llegar.

Machine: Perfecto para seguir contando otra historia.

Tails: Buena idea, Variedad, tienes alguna otra historia?

Variedad: Lamentablemente no :(

Krater: Pues si no tienes nada será mejor que yo cuente una que si tengo, así que pásame la linterna.

Variedad: Oks. "le pasa la linterna"

Krater: Bien...
"Esta historia sonaría como un cuento infantil o una película de Disney, solo que la diferencia, es que no es tan feliz como aparenta, una historia normalmente llamada"

"EL DIARIO DE LOS DESEOS"...

Variedad: Si suena como un cuento infantil.

Krater: Solo cállate y escucha.

Jimmy y Paul eran hermanos. Vivían en la taberna de su padrastro. Este los obligaba a trabajar; mientras sus hijastros cargaban leños, limpiaban la chimenea y atendían las mesas, él derrochaba las ganancias. Los golpeaba si se demoraban y solo les daba las sobras.

Un día, el tabernero les ordenó limpiar el desván; lo convertiría en otra habitación de albergue. Los hermanos subieron molestos las escaleras; apartarían muebles toda la tarde.

Cuaderno antiguo
Tras horas de trabajo, Paul abrió el cajón de una mesa de noche. Contenía una libreta arrugada y descolorida. No figuraba ningún título. Cada página ponía una petición. Comida, dinero, mujeres… El resto de la hoja permanecía en blanco. Solo las cinco últimas páginas no habían sido escritas.

Paul la abrió y, hojeándola, se cortó el pulgar. Una gota de su sangre empapó el papel. No obstante, en lugar de impregnar la página, fue absorbida por completo y no dejó ninguna marca visible. El cuaderno se calentó en sus manos. Lo cerró. Un texto surgió en la portada. Llamó a gritos a su hermano Jimmy, quien llegó a su lado cuando se hubo definido el título por completo.

El enunciado decía «El Diario de los Deseos». En la contraportada, hubo aparecido otro misterioso texto, «Este es el Diario de los Deseos, que realizará todos tus sueños». A continuación, seguía una serie de instrucciones recuadradas.

«—Solo quien lo hubiere despertado, sangre mediante, podrá escribir en el diario.

»—Solo se le podrá pedir al diario un deseo por día.

»—Solo se podrá escribir un deseo por página».

Al pie, resaltaba una nota escrita en mayúsculas, «El Diario de los Deseos no está destinado a la satisfacción personal. Cuando se alcanzare la dicha o se terminaren sus páginas, el dueño cobrará su precio».

—Debe de ser una broma —dijo Jimmy.

—Tal vez, pero ¿por qué no lo probamos?

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