Por fin era el tan esperado día.¡Día de excursión al laboratorio de SAPOPETA'INDUSTRIES! Industria donde se crea lo mejor de lo mejor bajo el manto de Maximus, el científico más brillante de esta y las próximas generaciones posibles, y si creara una máquina del tiempo, seguramente sería el mejor científico de todas las eras imaginables.
Él es simplemente asombroso.
El clima era perfecto, los pájaros cantaban, el olor a contaminación inundaba sus fosas nasales, los ruidos de bocinas, gritos de la gente y sirenas de policía eran palpables en todo su esplendor.
Sí, un día normal y perfecto en Nueva York, dónde nada más que un simple día de laboratorio podía animar a una tan simple alma en desgracia como lo era Quackity Maldonado.
Hasta que no lo fue.
- ¡Hey! - Se quejó con cierta pizca de enojo.
Fué empujado por un tipo alto de cabello corto castaño, sujeto que caminó con tanta prisa que no le pudo distinguir el rostro, para fortuna o desgracia.
-Perdona niño bonito, pero tengo prisa. - habló rápidamente, su voz era grave, acento español y se notaba su gran musculatura aún con la ropa que lo cubría.
Se apoyó en una pared para evitar caerse, junto a él, una exhibición de arañas exóticas le regresaba la mirada.
Frunció el ceño mientras miraba como aquel sujeto se alejaba con gran velocidad como sí alguien lo persiguiera, lo cual, tendría sentido en el caso hipotético de que se hubiera infiltrado al laboratorio sin autorización adecuada.
Suspiró frustrado y se paró correctamente, de no ser por haber sido empujado habría estado alagado de ser llamado "Niño bonito" por un hombre que no parece tener ganas de acosarlo en absoluto.
No es que fuera feo a la vista, tenía una muy buena cuidada piel de color blanco con pequeñas pecas visibles en su rostro, además de hermosos lunares adornaban en ella, bellos ojos color negro ocultados bajo una capa de cristales ópticos, cabello ondulado corto negro bien cuidado al igual que su piel, era muy bonito sí le preguntas a cualquiera que no lo conozca.
Y de ahí el problema, es cuando lo empiezan a conocer.
Es bien sabido -por todo aquel que lo conoce, aunque sea por su nombre- de que era un nerd de todo tipo de cosas; cómics, superhéroes, biología, ciencias espaciales y un montón de más cosas por lo que su increíble belleza era opacada por su gran cerebro -según el montón de chicas que ha invitado a salir en su miserable vida-.
Mientras se paraba correctamente, una araña descendía por una delgada línea de tela de araña hasta aterrizar en su cabello.
- Quackity. - Habló su mejor amigo acercándose a él. - Más tarde debo ir con mi... Padre, por lo que no podré acompañarte a casa.
-Está bien, Roier. Aunque adoro la limosina, también necesito ejercitarme en mi amada bicicleta, ¿verdad? - Le sonrió.
- Sí, pareces un fideo cocido. - Lo miró a los ojos y subió a su cabello, viendo un pequeño arácnido, se acercó y sacudió su cabello sin decir palabra alguna.
Quackity suspiró y alzó su cámara.
- ¿Qué tal una foto para el recuerdo? No todos los días visitas la industria de Sapopeta Maximus, ¿no?
Con lo que supone era una sonrisa de parte de su mejor amigo, le pidieron a alguien externo que les sacara una fotografía juntos frente a una exhibición de arácnidos latrodectus mactans, también conocidos como viudas negras debido a que generalmente la hembra se come al macho después del apareamiento, aunque a veces el macho escapa y logra aparearse de nuevo;
Pero generalmente el macho se queda en la tela de la hembra para servirle de alimento y asegurar una buena puesta.
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El Chico Araña Y El Hombre Inmortal | 𝗟𝘂𝗰𝗸𝗶𝘁𝘆
Science FictionQuackity Maldonado, chico universitario con gran intelecto pero con un horrible sentido de la moda. Un día en especial fué mordido por una extraña araña modificada genéticamente mientras se encontraba en un recorrido a una excursión por su universid...