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yeonjun no podía olvidar el calor de soobin abrazandolo. tampoco podía olvidar como sus manos recorrían y exploraban cada parte de su cuerpo, tampoco podía olvidar como lo recostaba en el escritorio y restregaba su entrepierna con su trasero.

no podía olvidar a choi soobin y ese era el problema.

yeonjun se sintió humillado al llegar al colegio, la noche anterior se había masturbado pensando en alguien más que no fuera su profesor. se sentia enfermo, al mismo tiempo sentía que estaba jugando con los sentimientos de beomgyu. se sintió tan culpable que tuvo que llamar a lee para hacer una especie de sexo por llamada (beomgyu no es muy fan de esas cosas, pero sundo insistió y él ama complacer a su pequeño en todos los sentidos). la llamada fue excitante, sin embargo, el sentimiento de culpabilidad seguía en su mente.

cuando vio a beomgyu por los pasillos sintió su corazón encogerse. él es una persona muy considerada, mientras que soobin es un manipulador y un dolor de cabeza. no entiende cómo pueden atraerle ambos. aunque bueno, soobin hasta cierto punto, él seguía siendo un gran idiota.

cuando entró al salón de clases nadie le prestó atención, excepto por esos malditos ojos oscuros pertenecientes a choi soobin. sonrió de lado mientras el avanzaba hacia su puesto, dejó su mochila en el suelo y trató de ignorar a soobin. sin embargo, notaba su mirada aunque estuviera de espaldas.

eso ponía nervioso a yeonjun. cuando llegó el profesor lee se sintió más seguro. no se podría decir lo mismo sobre otros estudiantes. desde lejos se notaba que soobin quería enterrarle un lápiz en el ojo al profesor beomgyu. claro que para este esa mirada fulminadora pasaba desapercibida.

soobin estaba celoso. él se dio cuenta y entró en pánico. le gustaba yeonjun, ¿de qué manera? no lo tiene del todo claro. quería tener a yeonjun a su lado, ¿de qué manera? tampoco lo sabe todavia. de lo único que si tenía en claro es que yeonjun y beomgyu debían terminar lo que sea que tengan. además de que es ilegal, moralmente tampoco está bien. yeonjun sigue siendo un niño (al igual que él), no quería que llegaran a lastimarlo física o mentalmente. porque la sociedad en la que soobin vive actualmente, le está recordando que los adultos mienten, engañan y justifican sus actos con argumentos sin fundamentos.

temía todos los días de que beomgyu alguna vez pierda el control y desquite su ira con kim yeonjun. o cosas mucho peores le pasaran a yeonjun estando con él.

no es un miedo tan estúpido, tiene lógica, es concreto y desvía todo el tema de que le gusta kim.

"yeonjun, yeonjun, yeonjun"

debía hacer algo con respecto a aquello. no podía seguir dejando a beomgyu robarse a yeonjun. llenándolo con cursilerías románticas que yeonjun adora. sí, soobin le prestó mucha atención a yeonjun desde siempre, que no lo admitiera es otro asunto.

en el almuerzo ocurrió una situación algo prometedora, que a ninguno de ellos se les olvidará.

—¿por qué me trajiste aquí? —. era exactamente el mismo salón en donde habían pasado cosas con yeonjun. soobin alzó los hombros, yeonjun caminaba manteniendo su distancia. no porque tuviera miedo, sino porque sabe cuán impulsivo es, y cuánto no dudaría en abalanzarse sobre soobin para que pasase lo que imaginó la noche anterior.

—sabes, no dejo de pensar en ti —dijo, con sus manos metidas en el bolsillo de su pantalón—. ¿quieres saber por qué?

al permanecer estático y con el corazón en la boca, le fue fácil a soobin avanzar hacia yeonjun y acorralarlo contra la pared.

soobin se acercó al oído de yeonjun (tal vez era algo obvio, pero ese era uno de sus puntos sensibles).

—porque quiero saber como te acuestas con tu noviecito, el maldito profesor —habló bruscamente, mordiendo su lóbulo. yeonjun se estremeció debajo suyo, colocando ambas manos sobre su pecho. soobin sintió un calor abrasador llenarlo, las manos de yeonjun quemaban en su pecho. por alguna razón le calentaba que yeonjun lo tocara.

soobin volteó el cuerpo de yeonjun, haciendo que kim tenga que apoyar sus manos sobre la pared. soobin amaba la forma en la que se mira, tan sumiso, tan suyo.

choi comenzó a besarle el cuello, mientras que sus manos apretaban fuertemente su cadera. yeonjun se inclinó un poco para sentir el contacto de su trasero con la entrepierna del mayor. comenzando a restregarse con su dura erección. soobin jadeó en el oído del menor, tratando de tomar el control del vaivén de las caderas de yeonjun.

—¿tan desesperado estás, amor? —. el corazón de yeonjun dio un brinco ante aquel apodo. yeonjun ahogó un gemido cuando las manos de soobin entran debajo de su camisa, masajeando sus pezones sin delicadeza—. te hice una pregunta, contesta.

—uh- si —habló cortadamente, soobin sonrió sintiéndose superior. quería tener control absoluto de kim yeonjun, de su cuerpo, de sus relaciones, de todo. quería a kim yeonjun por completo.

el menor giró su cabeza hacia un lado, soobin aprovechó el momento y unió sus labios en un movimiento duro y desesperado. ambas lenguas peleando por el control, yeonjun gimió perdiendo pero dejándose llevar por como soobin lo hacía sentir.

sentía mariposas en su estómago. mas, su mente le advertía que no se ilusionara, que eso era una mala señal.

cuando se separaron por falta de aire yeonjun respiró agitadamente.

yeonjun iba a tratar de soltarse del agarre de soobin, para huir y llorar. sin embargo, el timbre sonó. yeonjun arreglo su camisa y su cabello. soobin no le dirigió la palabra y salió lo más rápido posible de aquel salón de clases.

agradeció aquel gesto y fue hacia su siguiente clase. tocando sus labios y sintiéndose repugnante.

yeonjun tapaba sus oídos con sus manos, otra vez estaban en la situación en la cual el mayor le decía por qué no podía estar con beomgyu, y como siempre, él no quería escucharlo.

yeonjun se había prometido a sí mismo que terminaría todo ese asunto que tiene con soobin, de una vez por todas.

—¿sabes algo? no me importa —. soobin dejó de gritarle y lo miró confundido—. estoy seguro que mentiste sobre la foto de mi montando al profesor beomgyu, porque eso es matemáticamente imposible si lo pienso. así que, no tienes pruebas suficientes, si no tienes algo más importante que decirme, me retiro y puedes irte muy a la mierda.

yeonjun acomodó la mochila en su espalda e iba directo a la salida. hasta que escucha su voz de una manera muy comprometedora.

—oh dios, beomgyu~

yeonjun volteó, observando la expresión neutral del mayor. este seguía reproduciendo el audio que grabó.

—¿d-de dónde salió eso? —dijo asustado.

—eso no es importante. lo que me confunde es que pienses que no puedo hundir al profesor lee. tengo las suficientes pruebas, zorrito, así que yo te recomendaría no hacerme enojar.

yeonjun recordó que no le gusta soobin. para nada, en ningún solo sentido. lo odia como nunca ha odiado a alguien antes. lo detesta, no lo soporta, si pudiera lo mataría. sin embargo, debía darle lo que quería a cambio de su libertad. sin importar si su dignidad se perdiera, todo sería por una buena causa. beomgyu no estaría en problemas y soobin por fin saldría de su vida.

se hundiría en la misera por amor. el amor verdadero que le entregó lee beomgyu.

little bunny - soojun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora