Día de septiembre de un año que mi mente no recuerda, aunque, no es tan importante rememorar esa fechaLo que más me alegraba, era que:
por fin habían pasado las horas y la noche de aquel caluroso día habia llegado también.
Sí, había llegado, la recuerdo muy bien; porque aún mi piel siente como la calidez y ese suave frío recorrió y descanso en mi habitación.En aquel era tan solo un adolescente de 14 años, aún viendo su vello púbico crecer.
Habían muchas cosas en mí, que aún no superaba y que tampoco trataba de hacerlo- ¡No puedo mentir!
Con mi mente, mi cuerpo y mis aparatos reproductores, aún en desarrollo, sentía unas ganas profundas de experimentar, aunque fuera un poco, tan solo un roce, de lo que era la vida adulta.
Todo empezó viendo revistas porno y con ello, me masturbaba constantemente, hasta que me invadía aquella sensación de placer, que invade al ser humano, cuando ha llegado a su orgasmo
- ¿Como explicarlo? Si usted también,
puede sentirloPor cada gota de placer, que caía en el suelo o en las páginas de las revistas, sentía que pronto se me iba a acabar y que no tendría una familia o, un hijo, una hija de mi propia creación.
- Cosas de adolescentes, embriagados!
- Perdón ¿Qué dice? ¡Ah, que siga hablando de aquella noche!
Era una revista de nudista, fotos lencería, una colilla de cigarrillo, un yesquero, agua...y mis ganas profundas de por primera hacer el amor
- ¿Con 14 años?
- Sí, con 14 años. ¡Claro! 14 años físicamente, pero mi mente andaba por altos vuelos.
La noche había llegado lenta, en calma. pero yo estaba desesperado por verla llegar.
Por la ventana de aquella diminuta, pero agradable habitación (que era mi habitación) se posaba al frente una luz tenue; era la luz de la luna rebotando en el capó del carro del vecino.
Por las afueras de la habitación, un ruidoso sonido molestaba tanto, que a veces no podía conciliar el sueño; era la voz de los grillos y los maullidos de llanto de los gatos.
Pero, en esta noche, que sentía que era mi noche ( ¡que agradable! ) no dejaría que el ruido ni la luz, me molestarán.
Así que empecé por quitar mi jersey corto a rayas, luego me mire por completo todo mi flexible cuerpo; desde mi pecho hasta mi pies, suspiré para tener calma y dejar que los miedos se alejaran y pase a bajarme y quitarme la ropa interior.
¡Espera, se me había olvidado el paso más importante!- En ese momento sentí morir!
¡Tenía que pasarle seguro a la puerta o mi madre al ver la luz blanca de mi dormitorio encendida, se daría cuenta que yo estaba despierto a altas horas de la noche!
- Sí, en aquel tiempo teníamos un horario fijo para ir a dormir y era a las 8 p.m
Al cabo de pasar el seguro a la puerta y asegurarme que estaba bien cerrada:
contemple por un momento mi joven pene; aquel que apenas al levantarse me lo podía tomar con los cuatros dedos de una mano y tres más de la otra ¡que triste, las chicas se burlarían de mi, al ver un pene tan chico!
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Amada Amante De Aquel Domingo (Parte II)
Non-Fiction¿Hasta qué punto podría esperar Oliver por Linda? ¿Hasta el límite de su locura sexual o hasta que pueda al fin, tener su sexo dentro de ella? Aunque...¿Se ha preguntado Oliver si ella también espera por él? ¡Qué triste inocencia entonces!