AMIGOS

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Larah fue a la escuela temprano en la mañana, solo tenía un amigo, un compañero llamado, Adrián de su misma edad, ese día al terminar las clases Adrián le pregunto ¿Cómo te va con el problema del ogro?

-Muy mal, cuando él llega a la casa se me queda mirando y se saborea los labios, sé que quiere comerme y no solo a mí si ni a mis hermanos-

-Pero debes decirle eso a tu mamá-

-Mira, mi mamá está enamorada del ogro y cuando la gente se enamora es tonta, él debe haberla hechizado, pero también me voy a encargar de eso-

-Si quieres ayuda me dices-

-De acuerdo Adri, nos vemos-

Ambos se fueron a su casa al llegar Larah subió a su cuarto y busco su casa de muñecas donde vive Pempe.

-Pempe donde estás, sal rápido-

Pempe salió, se ve que se acababa de levantar aún estirándose.

-Ya llegaste, gran guardiana-

-He estado pensando y debemos consultar a otros con nuestro problema del ogro- dijo Larah sentándose en la ventana.

-Tea sé que estás por aquí necesito hablar-

El hada entró por la ventana y se posó en la pierna de la niña, mientras que Pempe escalo y se sentó al lado de la niña en la ventana.

-Y si consultamos con el gran anciano- dijo Pempe.

-Puede ser, pero debemos llevarle una ofenda o no nos va a recibir- dijo Tea.

La niña se levantó y les dijo –tengo jamón en la casa, le podemos llevar un poco-

-Sería perfecto búscalo y te esperamos en la entrada- dijo Tea.

Larah corrió a la cocina y reviso en la nevera, saco un trozo de jamón y lo escondió en sus bolsillos, salió al jardín donde la estaban esperando.

-Bien, para hablar con el anciano debemos rimero pedirle el paso al guardián de los caminos- dijo Tea.

Caminaron por el jardín hasta llegar a la casa de un perro, Larah se colocó al frente.

-Firulais sal un momento-

Un perro algo mayor salió de su casita con su pelaje negro y con una cinta azul en su cuello.

-Eres tú la gran guardiana que te trae por aquí, aunque recuerda ese no es mi nombre-

-Ya sé ya se estoy aquí para pedirte permiso para cruzar y hablar con el anciano-

-Niña, primero que nada recuerda mi nombre que es "Buen Chico" segundo quieres ir a verlo, mi no me importa esa cosa peluda me da terror-

La niña corrió cruzando al otro jardín donde un vecino camino un rato y pudo ver una fuente con forma de paloma, al acercarse pudo notar a una criatura blanca grande, gorda y peluda.

-Hola, señor anciano soy Larah-

La niña pudo ver bien que era un gato muy grande dormido en el medio de la fuente, esta estaba seca, el gato se movió lentamente

Con una voz muy cansada dijo –que es lo que deseas niña o lo que seas-

-Vengo a consultar algo y le he traído una ofrenda, un poco de jamón-

El gato se levantó de una y tomo el jamón, se lo devoró en segundos y miro a la niña.

-Te veo de forma diferente, dime que deseas saber-

-El gran ogro Fiu Fiu anda buscando de hacerme daño y a mi familia no sé qué debo hacer-

-Tu mamá fue una vez guardiana y ella a tu edad venció a un ogro, pero luego creció y la perdimos-

-Por eso no puedo pedirle ayuda a ella-

-Niña tu mamá, cuando fue guardiana tenía un tesoro, un arma capaz de destruir a cualquier criatura oscura, búscala encuentra dicha arma y podrás vencerlo-

-Buscaré el tesoro, gracias, señor ronroneo-

-Nos vemos pronto y trae más cosas sabrosas-

La niña salió corriendo en dirección a su casa.

La Guardiana LarahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora