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2:57 AM

Jimin retiró sus gafas para tallar sus ojos con grandes ojeras, tenía la vista cansada, miró los documentos regados por su comedor y soltó un suspiro entrecortado.

Sentía que pronto iba a ahogarse entre tantos papeles, tanta tarea, tantas cuentas, entre tanta presión y más que nada en el olor amargo que inundaba la habitación, culpa de sus feromonas.

Antes de que pudiera siquiera pensar en abrir la ventana para que se fuera un poco el olor, la puerta principal de su departamento se abrió, unos pasos arrastrados y un suspiro de cansancio sonó por la silenciosa sala.

El rubio miró a su novio entrar y cerrar la puerta, ambos se analizaron mutuamente, sintiendo las alteradas feromonas del otro, hasta que Jeongguk miró hacia la mesa y aunque estaba llena de esos papeles que últimamente estaban arruinando su paz de pareja, él se centró en la bella pintura que estaba en la esquina.

Ese rico y fuerte olor a hierbabuena llegó directo al corazón de Jimin, dejándolo suspirar de nuevo, ahora más relajado.

Era una foto que Jimin y el se habían tomado cuando firmaron para rentar ese pequeño lugar que por ahora era suyo.

Unos chicos de 18 años llenos de ilusión, con planes a futuro que se vieron estropeados por la vida misma.

Representar el amor era la tarea que le había sido asignada a Jimin, quien no dudó en retratar los bonitos ojos de su alfa en un lienzo, hecho con acuarelas pues era el único material que realmente podía pagar en estos momentos.

—Llegaste. —Jimin se puso sus lentes de nuevo para mirarlo mejor y se levantó de su silla alcanzándolo para un abrazo.

—Hola. —El tono de voz de Jeongguk sonó cansado pero aún así tenía ese tono dulce con el que solo se dirigía a su omega. —¿Qué tal? —Dejó con cuidado sus mochilas en el suelo abrazando la cadera de su novio.

—Hola amor. —Jimin se separó un poco del abrazo para mirarle y acariciar sus mejillas, dejando un beso en sus labios. —Llegaste más tarde hoy.

—Si... tomé el turno de Hoseok.

—Lo supuse, por eso no te llamé no quería distraerte. —El rubio recostó la cabeza en su hombro, enterrando la cara en el cuello de su alfa intentando estimular su fuente de aroma, abrazándolo con cariño. 

Jeongguk no dudó en abrazarlo igual haciéndolo caminar hacia atrás, soltando feromonas, dándole a su omega esa sensación tranquila que solo él podía brindarle, se acercó al comedor para poder ver los papeles con más atención, en especial ese papel con un gran sello rojo y varios ceros.

Jimin se dio cuenta de eso y antes de que pudiera ver algún número, puso su mano encima de las hojas y comenzó un suave beso, el cual el pelinegro no correspondió.

—Jeongguk...

El pelinegro tomó la muñeca de Jimin y la quitó de la mesa, sin lastimarlo, —Déjame ver.

Jimin no pudo hacer nada más que aferrarse a su novio, olfateando como el olor de su alfa se volvía amargo, estaban bastante jodidos.

—¿Un ultimátum?, ¿por dos meses de renta?, este señor está loco.

—Oye, oye, está bien, lo sacaremos, tomaré turnos extras en la cafetería, pediré un tiempo en la universidad, incluso podemos pedirle a mis pad-

—No, no, eso ni pensarlo, yo prometí que te daría todo para que pudieras venir a vivir conmigo.

—Pero lo necesitamos, Koo, ya casi no tenemos comida. —Jeongguk negó de nuevo.

—No.

—Amor, que sea un préstamo, cuando tengamos dinero para pagarlo, lo haremos.

—Dije que no Jimin.

—Por favo-

—No, ya basta. —Jeongguk se separó de su novio y se dio la vuelta, agachándose para acomodar sus bolsas en su lugar.

—Alfa...

—¡Dije que no!, no, yo... yo voy a resolverlo, ¿si?

—¿O sea que por tu maldito orgullo de alfa vas a dejar que sigamos viviendo de esta manera?, ¿todo esto es un tema de orgullo?

—Ay no, no vamos a hacer esto ahora. —Jeongguk soltó sus mochilas y se dio la vuelta para ir a su habitación.

—¡Oye!, t-te estoy hablando.

Pero el pelinegro ni siquiera se inmutó, siguió su camino sin mirar atrás, sin mirar al sollozante omega que estaba pisándole los talones, sintiendo esa amarga sensación en su lobo.

Entró a su habitación y comenzó a desatar sus gastadas botas con el rubio parado a sus espaldas.

—Jeon, tengo hambre. Esto ya ni siquiera se trata de otra cosa, así como me viste sentado tantas horas haciendo la puta pintura no me la aceptaron que porque no es el material de la marca que nos piden, nos están ofreciendo la ayuda y tú por ponerte en tu plan de 'yo señor alfa que puede con todo' te olvidas de lo que realmente importa.

Jeongguk pasó la mano por su cara, frustrado, sabía que Jimin tenía razón pero el de verdad quería demostrar de lo que es capaz. —Corazón, y-

Antes de que Jungkook pudiera empezar a hablar, el departamento quedó en completa oscuridad, con ese característico sonido de que algo fue apagado y ambos se acercaron al otro por inercia, buscando a su refugio.

Jimin miró al pelinegro frente a él, —¿Que día es hoy? —Preguntó entre sollozos.

Jeongguk alcanzó el celular de sus bolsillos y ambos se asomaron a este. —Mierda. —Susurró mirando la fecha. 7 de Octubre. El día límite que tenían para pagar la luz, les habían cortado la energía, otra vez.

El rubio soltó una risa incrédula e hizo el ademán de salir de la habitación pero una mano en su muñeca lo detuvo. —Amor...

—Por favor, deja que me vaya, tengo tarea que terminar.

—Jimin... ven, ni siquiera podrás ver bien.

El rubio a regañadientes regresó, sorbiendo su nariz y aún llorando un poco, acostumbrándose a la oscuridad de la habitación.

Con una mano el más alto buscó en su celular aquella canción que ambos amaban tanto, ONLY de LeeHi sonaba suave a través de la pequeña bocina, Jimin se exaltó un poco cuando Jeongguk aventó sin mucho cuidado su celular a la cama.

Pero se olvidó de ello cuando una de esas reconocidas manos tomó su cintura y la otra una de sus manos guiándolo en un suave vaivén, bailando delicadamente con la melodía.

A pesar de que Jimin le miró aún un poco molesto al ver esos ojos que brillaban tan bonito, con tanto amor, no pudo alejarse, su lobo no se lo permitió, tampoco pudo resistirse a seguir el baile.

Lentamente subió su mano libre al cuello del contrario, ya sonriéndole un poco a quien había sido su pareja de baile desde hace ya años y esperaba que lo fuera por muchos muchos más.

Antes de empezar con el primer coro de la canción, Jimin fue impulsado por Jeongguk para dar una vuelta, soltó una pequeña risa cuando fue atrapado por esos brazos de nuevo.

Jimin sintió como el cabello largo de su novio acariciaba el costado de su cabeza, abrazándolo un poco más hacía a él, escuchando un suave canto sobre su oreja. —Now I believe...

En ese momento Jimin se rompió, llorando lo que hace semanas no había llorado, era un llanto silencioso pero que decía tanto que Jeongguk pudo sentir sus ojos llenarse de lágrimas también, su lobo aullando triste en su pecho.

Aún así intentó mantener su postura y siguió cantando suavemente, meciéndolo y soltando su aroma de una manera en la que tranquilizaba a Jimin y se tranquilizaba a sí mismo porque este era su hogar, así, en un departamento oscuro, frío y al que le faltaban algunas cosas pero que tenía a esa persona con la que nunca le faltaba calor, amor y confianza.

Se amaban tanto, ambos se prometieron salir adelante, se prometieron que estarían bien, contra todo y todos.

all for us ; km auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora