Capítulo 3

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-Bien, esta será nuestra casa a partir de ahora- Balbucea mi madre mientras bosteza

-Vuestra madre y yo estamos cansados, así que iremos a dormir una siesta, mañana organizaremos todo, pero vosotros podeis dar una vuelta por el barrio, así conocereis todo y puede que haya vecinos de vuestra edad.- dice mi padre.

-Buf, 'are you kidding?'.- dice mi hermano (en inglés)- si Jess quiere puede ir, pero yo voy a dormir si o si.

-Jess, ¿vienes a casa o vas a dar una vuelta?- Pregunta mi madre.

¿La verdad? Me muero de sueño, y sin duda iría a dormir, pero me gustaría saber si en este barrio hay gente de mi edad, soy muy sociable y me rompe no tener amigos aquí.

-Iré a dar una vuelta, pero bo tardaré mucho.- comuniqué.

-Bien, dejaré la puerta abierta para que entres- Responde mi madre

Me despedí de ellos y me dirigí a la calle.
Noté bastantes miradas sobre mi, y no me extraña, aquí todo el mundo era moreno y de ojos marrones y en cambio yo era MUY rubia y de ojos MUY azules, esa era una de las cosas que me hizo darme cuenta de que yo no encajaba allí.

Después de estar un rato caminando y moviendo las manos incómoda por las miradas de la gente sobre mi, di un pequeño resoplido y me di la vuelta para dirigirme a mi casa, me sentía como un bicho raro.

Justo después de darme la vuelta y avanzar un poco noté como una mano
me agarró de la muñeca.

-Hola, ¿eres nueva aquí no? - Me di la vuelta para ver quién me hablaba y pude observar a un chico más alto que yo, de pelo moreno y ojos verdes sin camiseta y sudoroso.

-Sí, soy de Estados Unidos pero me tuve que mudar aquí- Respondí, pero no podía evitar apartar la mirada de su precioso abdomen marcado.

-Perdona que esté así, es que estaba haciendo ejercicio en mi jardín y vi como la gente te miraba y tu te ibas por ello, aquí la gente cuando ve algo que no ven normalmente se sorprenden demasiado. -porfin pude apartar la mirada de su abdomen y centrarla en sus ojos- Pero creeme, no te miran burlandose de tí, es más, a todoa les pareces demasiado guapa, se les nota en las caras, y antes casi dejas a un chico con la baba callendo - él rió y yo sonreí.

-Pues gracias por aclararme eso, la verdad pensaba que ya les caía mal, por cierto, ¿cuál es tu nombre?-

-Matías, me llamo Matías.-

-Encantada Matías, yo soy Jessica, y mira, vivo a tu lado, puedes llamarme cuando desees.-

-Lo haré encantado, bueno, volveré a mi rutina de ejercicio, nos vemos Jess!-

¿Me había llamado Jess? Pero si nos acabamos de conocer, que confianzuda es la gente de aquí.

Me dirigí a mi casa y cuando llegué a ella vi que la puerta principal estaba abierta.

Oh no...

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