One - ¡Sí, mi capitán!

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Para el mundo Boca todo era una fiesta.

Cuando Boca gana, todo el año es carnaval.

Le habían ganado a Racing por penales y jugaban la Semifinal contra El Palmeiras.

— ¿Qué sería de nosotros sin vos? — Le dice Zeballos a Chiquito Romero, abrazándolo.

Sergio se ríe levemente, rodeando la cintura del menor con sus brazos.

— Y míralo vos al nene pateando siempre el primer penal — Sonríe orgulloso el mayor.

Exequiel sonríe, acurrucandose en el pecho del más alto.

— El rol del arquero es clave, sin vos no hacemos nada — Halaga Zeballos.

— El arquero puede hacer un buen trabajo, pero los pateadores también tienen que hacer el suyo y acá hay muy buenos pateadores — Le dice Chiquito.

El Changuito asiente dándole la razón y Romero deja un beso en la frente del menor.

— ¡Marcos! ¡Cuidado que te serruchan el piso! — Grita Figal para meter cizaña, recibiendo un golpe en la nuca por parte de Fabra, a modo de regaño.

— ¡Todos al micro, que volvemos a La Bombonera! — Almirón le dice a todo el plantel.

Zeballos se sube al micro, dispuesto a sentarse junto a Barco, pero siente cómo lo tironean del brazo, sentándolo junto a alguien más.

— ¡Capi! ¡Déjalo solo un rato! ¡Préstamelo, che! — Se queja Barco.

— ¡No! ¡Mío! ¡Acomodate ahí y dormí! — Marcos le dice al pelirrojo.

— Amor, no seas grosero — El Changuito mira a su novio.

— Que no jodan, sos mío, viven pegados a vos cómo chicle — Gruñe molesto.

Exequiel se ríe levemente.

— ¿Ahora le festejas solo a Chiquito? ¿y mi buen partido, qué? — Se cruza de brazos serio.

— Que celoso que sos, mi amor — Exequiel se acerca a la cara del mayor — Jugaste un partidazo, Capi — Lo agarra por las mejillas y une sus labios en un tierno beso.

Rojo le corresponde al instante y coloca sus manos en la cadera del menor, atrayéndolo a su cuerpo, para dejarlo sentado en su regazo.

Exequiel se acomoda sobre él, guiando sus brazos alrededor del cuello del mayor, mientras esté colocaba las suyas en su cintura, presionando fuertemente en esa zona, cosa que le arrancó un fuerte gemido, el cuál fue amortiguado por el beso.

— Marcos — Lo reta — ¿Qué haces? — Lo mira entrecerrando sus ojos.

— Es un besito como siempre, mi niño — El mayor sonríe inocentemente.

— En casa te doy una recompensa por el gran partido que jugaste — Le dice el Changuito, acariciando suavemente su mejilla — Acá compórtate.

El mayor agarra fuertemente la cintura del menor y lo pega contra él para que pueda sentir como su miembro iba creciendo de a poco, arrancándole un chillido a su novio.

— A-amor, p-pará — Arquea su espalda.

— ¿Por qué debería parar si tú cuerpo reacciona a un simple roce que te doy? — Susurra en el oído del menor.

— E-esperá a casa — Murmura nervioso.

— ¿Por qué tan nervioso, lindo? — Marcos le pregunta, pasando sus manos por debajo de la ropa, para empezar a acariciar y pellizcar sus pezones.

Propuesta Indecente - Rojo & ZeballosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora