EXTRA 1: La Liga.

1.6K 82 1
                                    


Mayo 2027. (Unos meses después de la vuelta del mundial/final de Veneno)

Aitana Romero

Aparté la mirada de Lorena unos segundos y miré disimuladamente la pantalla de mi móvil, el cual reposaba encima de la mesa en la que estábamos sentadas. Llevaba todo el rato sonando, pero como estaba hablando con Lorena sobre el próximo partido no podía cogerlo.

Distinguí el contacto de mi novio de reojo.

—¿Me estás escuchando? —dijo ella, sacándome de mis pensamientos, los cuales eran constantemente sobre la persona que me había estado llamando durante 15 minutos.

—Sí, perdona.

Cogí el móvil y le di la vuelta para que dejara de interrumpirnos, pero ella fue más rápida y pudo leer el nombre antes de girarlo.

—Anda cógelo, que si no le va a dar un chungo al niño —rió.

—Seguramente sea para alguna tontería, siempre hace lo mismo.

—Te echará de menos, mujer —sonrió pícara—. Igualmente, debería de irme ya, tú tendrás el día libre pero yo no tengo tanta suerte.

Asentí con la cabeza y después de pagar salimos las dos de la cafetería, encontrándonos con varios paparazzis fuera. Se cerraron alrededor de nosotras, pero como habíamos aparcado justo enfrente pudimos escapar rápido, aunque tampoco tardaron en aparecer algunos fanáticos que enseguida estuvieron pegando los móviles en el cristal de mi coche.

Aproveché y llamé a mi novio con el manos libre.

—Aitanita —escuché según se descolgó. Había alargado cada vocal de mi nombre y parecía que estaba cantando una canción.

—Eres una pesadilla.

—Pero me quieres.

—Eso me lo tendría que pensar.

—Ajá —se burló—. ¿Cuándo vienes? Te echo de menos.

—¿Cómo que cuándo voy? ¿Estás en casa?

—Claro, tonta, ¿dónde voy a estar si no?

—Pensé que estarías ya en el Camp Nou.

—En una hora salgo. Además, te iba a esperar hasta que llegaras, así vamos juntos.

—Vale, amor. Voy a entrar en el parking, ahora te veo.

Colgué y terminé de aparcar el coche. Luego subí en el ascensor y llegué hasta el último piso, al cual nos habíamos mudado Gavi y yo juntos hace literalmente una semana.

Abrí la puerta, caminé un poco y vi a lo lejos a Gavi en la terraza admirando las vistas. Dejé mis cosas en el sofá al pasar por delante y seguí caminando hasta salir y ponerme detrás de él. Le rodeé la cintura con mis brazos y apoyé mi cabeza en su espalda. Él, aunque se sobresaltó un poco al principio porque no me había escuchado llegar, no tardó en agarrarme las manos.

—Hola rubia —dijo girándose quedar frente a frente.

—Qué guapo estás —admití mirándole.

—Yo siempre, me ofende que digas eso.

—Es que no te soporto —rodé los ojos aguantándome la risa y alejándome un poco, aunque no podía porque me estaba dando las dos manos.

—Si sabes que te encanto —alzó las cejas tirando de mi.

Me volvió a abrazar y al rato noté que dejaba un beso en mi cabeza.

—¿Qué se siente ser el campeón de La Liga? —sonreí al recordarlo.

Me miró enarcando una ceja.

—¿Me hablas a mi?

—Idiota —negué con la cabeza—. Hoy lo seréis, tenedlo claro.

—Eso si ganamos.

—Lo vais a hacer.

—¿Sabes lo que me daría suerte?

—Sorpréndeme.

—Que te pusieras mi camiseta —hizo una mueca.

—Lo iba a hacer igual, idiota.

—Ah ¿sí? Qué sorpresa.

Todavía no habíamos hecho pública nuestra relación, pero ya no era por mi miedo a lo que la gente pudiera decir, porque ya eso me daba igual, sino porque estábamos tan tranquilos y tan a gusto así que ni siquiera nos habíamos molestado en hacerlo.

Al rato decidimos empezar a prepararnos para después salir en dirección al Camp Nou. Gavi se puso unos vaqueros negros y una camisa del mismo color, ya que a pesar de tener partido en un rato según cómo acabara este saldríamos con los chicos o no. Hoy era un partido más que decisivo, puesto que si ganábamos hoy nos convertiríamos en el club dueño de La Liga. Yo no podía estar más contenta y orgullosa de ello, y no había duda de que el resto de fanáticos tampoco. A veces se me olvidaba del privilegio que tenía al verlo todo de dentro, saber todo lo que habían esforzado durante la temporada; todas las veces que lo pasaron mal por un partido o todo lo que habían luchado por callarle la boca a muchos, pero al igual que eso, también sabía todo los momentos buenos, cada almuerzo en casa de Ferran y Sira después de cada victoria o todas las risas que nos echábamos Martina, Sira y yo con ellos en el vestuario antes de un partido para quitarles los nervios de encima.

Eso no lo sabía todo el mundo, no todos tenían el privilegio de conocerlos, y no había nada que me rompiera más que saber eso; saber que podrían ayudar a mil personas, miles de fanáticos, al igual que me habían ayudado a mi.

Tenía mucha suerte de tenerlos.

Sacudí la cabeza para quitarme esos pensamientos mientras que llegábamos al Camp Nou. Yo me había puesto unos vaqueros y la camisa de mi novio, tal y como le había dicho. Me había dejado el pelo suelto porque lo tenía bastante bien y no me apetecía estar pensando en qué hacerme.

Llegamos al vestuario y me despedí de él con un beso corto, en unos minutos volvería a salir y lo volvería a ver, solo tenía que esperar a que se pusiera la equipación de entrenamiento para ir a calentar, y ya luego me subiría yo a mi asiento con mis mejores amigas, las cuales ya estaban por fuera también esperando a sus novios.

—Creo que nunca había confiado tanto en ellos como hoy —comentó Sira mirando un punto fijo.

—No siento que esté pasando, en plan, no soy consciente —añadió Martina.

Sira y yo asentimos con la cabeza. Seguimos hablando un poco del tema, pero muy poco porque no nos queríamos poner a llorar antes de tiempo, ya lo haríamos luego cuando levantaran el trofeo, porque estaba segura de que lo harían.

A los minutos salieron nuestras parejas y algunos jugadores más ya listos para salir a calentar. Quedaban unos minutos para el comienzo del partido y el estadio ya estaba a reventar, como era de esperar.

—Mucha suerte —le dije a Gavi.

—Ya la tengo teniéndote a ti, mi amor.

Sonreí y le di un beso, a lo que luego le añadí otro, y otro, y otro, incluyendo al final un abrazo de despedida. Les deseé suerte a los demás y también me despedí de ellos, para luego subir con mis chicas hacia nuestros asientos.















————

Holi!! Qué tal estáis??

Bueno, como habréis podido notar, este primer "extra" es bastante corto, pero no os preocupéis que tiene una segunda parte. La mayoría de las "situaciones" sobre las que escriba tendrán más de una parte, así que no hay nada de lo que preocuparse.

Aprovecho también para deciros y pediros que, aunque yo tenga más o menos algunas ideas para escribir, podéis hacerme el
pedido que queráis y lo escribo sin problema.

Seguramente en unos minutos publique la segunda parte de este extra, así que, chaoo ❤️

EXTRAS de 𝐕𝐞𝐧𝐞𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora