Siempre he sido traviesa y ponerme juguetona en público no es algo que me dé vergüenza. Por lo menos, ya no. No después de esa primera vez que me hizo sentir poderosa. Como una puta diosa.
La diosa del sexo.
En aquel momento yo era más inocente y un poco más reservada. Todavía podía recordarlo. Así que para mi, en ese momento, hacer lo que hice en público fue un gran momento. Un antes y un después.
Tom y yo llevábamos solo una semanas saliendo. Él tenía veintiuno y yo acababa de cumplir los dieciocho. No íbamos en serio, era prácticamente una relación física. El sexo lo era todo. Su cuerpo se moldeaba perfectamente al mío y eso me volvía loca.
Dejaba que me follara cuando y donde quisiera, yo siempre tenía las piernas abiertas para él. Para su dura polla.
No fue el primero pero sí que me presentó muchos placeres nuevos. Me enseñó cuánto amaba jugar con los pezones, no solo acariciarlos sino pellizcarlos y adoraba cuando los mordía entre sus labios, si entiendo el metal del piercing contra mi piel cálida. Y lo que más me enseño fue a masturbarme en público.
El lo adoraba y a mi me encantaba, me ponía muy cachonda.
Todo empezó con no usar bragas en público, esto lo volvía loco. Usaba falditas cortas y a él le gustaba la idea de que no llevara bragas y, muy a menudo, esto llevaba a mamadas en el auto e incluso sexo duro en el asiento de atrás.
Luego escaló hasta el punto en que le mostraba mi trasero en las tiendas de comestibles, volviéndolo loco. Su polla estaba casi instantáneamente completamente erecta cada vez que hacía esto y teníamos que salir de la tienda para que pudiera follarme en su coche.
Pero el día en el que llevé todo a un cambio mas repentino fue un día que parecía estar tranquilo. Estábamos de vacaciones en las Maldivas y hacía un calor horrible, lo único que podía calmarnos era la suave brisa que corría cerca de la playa.
Así que salimos a dar un paseo por la tarde por el paseo marítimo, era un día cálido y había mucha gente deambulando, mirando las horteras tiendas para turistas que te timaban con cara accesorio que intentabas comprar y comiendo helado.
Tom iba vestido con lo siempre: tenía unos vaqueros desgastados anchos y una camiseta que le quedaba bastante larga. Le gustaba ir con ropa holgada. A mi me sorprendía porque debajo de esa ropa estaba un cuerpo de Adonis, un cuerpo que era solo mío para devorar, para adorar y para follar.
Yo llevaba una falda corta rosa, un top blanca ajustado con cuello tipo polo y deportivas pequeñas blancas. No tenía bragas, sabía que eso lo volvería loco y disfrutaba la emoción de saber que podía provocarlo en cualquier momento.
Nos sentamos en la larga pared que daba a la playa, el sol se estaba poniendo y la gente comenzaba a recoger sus cosas para volver a casa.
Tom se estaba fumando un cigarrillo tranquilamente, inspirando cuando sus labios tocaban la golilla.
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PUBLIC SEX [ tom kaulitz ] [+18]
FanfictionDiana se masturba delante de Tom y él necesita follarla [+18]