Older - ChanChang OS

Solo parte.

Un chico enamorado de su vecino, lo normal, hasta que saben la edad del hombre.

"Creo que necesito a alguien mayor"

Seo Changbin se encontraba en su habitación, ya que no tenía nada interesante que hacer en casa puesto que sus padres estaban en viajes de negocios y sus amigos no se encontraban cerca de él. Optó por salir un rato tan solo a la puerta principal para fumar un cigarrillo.
Soltó un suspiro mientras sacaba aquella cajetilla de Malboro, hasta que escuchó una conocida voz.

- ¿Qué hace un niño como tú con esa cajetilla, ah?

- Señor Bahng, buenas tardes.

- Buenas tardes, Seo. - Sonrió amablemente.

- Respondiendo a su pregunta, no soy un niño, ya soy un adulto y sé lo que hago. Aunque mis padres no lo saben.

- Así que eres rebelde cuando ellos no están, eh. - Soltó un risa.

- Solo un poco, ¿Gusta acompañarme?

- Te lo agradezco, niño.

Bahng se acercó y tomó uno de los cigarrillos para después encenderlo y aspirar el mismo para después soltar el humo en un lento suspiro.
Seo quedaba cautivado con cada facción del mayor, su marcada mandíbula, sus labios gruesos, esa voz, sus manos y esos ojos, sin duda cada día estaba más enamorado de él.
Si bien, ambos se conocían desde que la familia Seo se mudó y Bahng los recibió, y fue en ese momento en que Changbin quedó maravillado con ese hombre de 34 años.

No podía evitar imaginarse a su vecino besando sus labios y tomando su cuerpo, se mantenía firme cerca de él aunque por dentro se estuviera muriendo. Quería abalanzarse sobre él y decirle todo lo que siente, sin embargo sabía que jamás le haría caso.

Sus pensamientos se esfumaron al escuchar la ronca voz del mayor.

- ¿Qué tal va el colegio, Seo?

- No me quejo, lo estoy llevando bien.

- Entiendo. ¿Y ya tienes a alguien en la mira?

Sí, usted.

- No, ninguno es mi tipo, todos son tan estúpidos. - Bahng soltó una baja risa.

- Por Dios, no pueden ser tan malos. ¿Cuántos están atrás de ti, eh?

- No lo sé, cada día recibo cartas de varios chicos y chicas, son tan tontos en seguir insistiendo sabiendo que no soy fácil.

Lo soy para usted.

- Vaya, ¿Y por qué no le das la oportunidad a uno? No sería malo al menos intentarlo.

- No me interesa ninguno de ellos, además no encajo con los de mi edad.

- Comprendo. - Aspiró profundamente el cigarrillo.

- Creo que necesito a alguien mayor.

- ¿Alguien mayor? Ja. ¿Por qué querrías a uno más grande?

- Le seré sincero.

Tengo la oportunidad, debo hacerlo.