Valentín estaba totalmente frustrado sexualmente, esa no sería la palabra correcta, pero aún así lo está. Cada vez que podía tiene sexo, tanto salvaje - a pesar de que su Omega estaba embarazado - como pasional, pero sentía que eso no completaba, algo le faltaba. Ese algo era no poder cumplir una de sus mayores fantasías.
Desde que tiene memoria, nunca tuvo esa necesidad de querer saber que se sentía poder tocar unos grandes pechos o succionar uno de ellos, no hasta que vió los grandes pechos de su novio, los cuáles estaban completamente llenos de leche materna. Desde que vió a Máximo cambiarse frente a él y dejó sus grandes pechos al aire debido al embarazo, comenzó a tener esas inmensas ganas de querer tocarlos o probar alguno.
Pero Maxi no lo dejaba, usaba la excusa de que eso era raro y que sí los tocaba, le dolían. Era una gran mentira, Máximo más que nadie deseaba que su novio lo tocara, como sí no hubiera mañana, por esa zona; pero también quería jugar. Quería ver hasta cuándo podía durar la cordura de Valentín.
Por eso, las veces que entraba a su lugar de trabajo, se desprendía un botón de más para que sus pechos se notaran un poco más. Ya de por sí tenía uno desprendido para que la marca en su cuello se notase y así evitar que Alfas o Betas lo mirasen, pero aún así, la mirada de algunos no pasó desapercibida.
O, a veces, se paseaba por toda la casa con remeras escotadas o al cuerpo. Muchas veces se encontraba con la mirada fija de Valentín en sus pechos y eso lo hacía sonreír. En otras ocasiones, aprovechando de que el Alfa era más alto que él, se ponía de puntas dejando sus pechos muy cerca de la cara del mayor.
Las veces, en la intimidad, en las cuáles Valentín trataba de agarrar uno, siempre recibía una manotazo por parte del castaño y le decía que siga haciendo lo suyo.
El mayor ya no sabía qué hacer, siempre buscaba la oportunidad de poder sentir aunque sea solo un momento, pero siempre era arrebatado. Se podría decir que varias de sus pajas eran pensando en cómo sería estar entre los grandes pechos de su Omega, poder sentirlos entre sus dos manos; tocar los botones marroncitos que desde que los vió, tuvo ganas de meter uno a su boca.
Jueves a la mañana, se encontraba en su lugar de trabajo, mientras tomaba café en la taza que le había regalado el menor, decía una corta frase, pero a la vez posesiva: "I love Máximo Perrone". Él no podía creerlo cuando se la dió ni tampoco las palabras que usó.
— "La marca no es suficiente, ni se te ve. De alguna manera tienen que saber que me tenés a mí".
En cierta parte, era cierto. La marca que le hizo Máximo no se notaba debido a las camisas. Su marca estaba un poco más lejos de lo que estaba la marca que había hecho él, por eso no se notaba tanto. Pero aún así, las personas se le acercaban y Perrone siempre venía cada vez que veía entrar a un desconocido o a uno de los tantos Omegas de la empresa en el lugar de trabajo de Gómez.
Especialmente cuando Julieta, su "secretaria", entraba. Era cómo una pulga que se te pegaba y no quería despegarse más.
Pero ese no era el caso.
Salió de sus pensamientos cuando una voz, ya conocida por él, le habló.
— ¿Se puede entrar, Señor Gómez? — Era Julieta, Omega de baja estatura, ojos de color miel, morena. Una insoportable.
Era menor que él, ella tenía unos veintidós años y él, veinticinco.
Las veces que venía a su lugar, era para poder "coquetearlo", pero no llegaba ni a las cinco frases porque Máximo ya estaba en la puerta de la entrada diciendo "Julieta, Alejo te busca", usando a cualquier persona de la empresa para que la morena se vaya del lugar o, simplemente, usaba la excusa de que no tenía algo. Y obviamente que después de que se fuera, la puerta del lugar era trancada con seguridad.
ESTÁS LEYENDO
Lactafilia - M. Perrone & V. Gómez [Adaptación]
Random❝Valentín tiene un pequeño problema, le gustaría ingerir leche de los pechos de alguien. Su novio Máximo tiene unos lindos pechos llenos de leche materna, pero se niega a qué su novio se los toque.❞ 🔸AU Omegaverse. 🔸Smut. 🔸 Máximo Omega/ Valentí...