001 ⋆ death by a thousand cuts

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❛  𝑔𝑒𝑡𝑎𝑤𝑎𝑦 𝑐𝑎𝑟  ࣪ ׅ ⊹ ༉ ‧˚cap

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❛  𝑔𝑒𝑡𝑎𝑤𝑎𝑦 𝑐𝑎𝑟  ࣪ ׅ ⊹ ༉ ‧˚
cap.    death by a thousand cuts
( 𝑒𝑠𝑝. muerto por mil cortadas
𝑙𝑎𝑡. mortem mille plagis )
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﹙⚠︎ᵎ﹚capítulo con escenas fuertes,
como muerte, mencion de sangre
y abuso sexual .ᐟ

𝒴a no escuchaba sus pasos en las hojas y tierra

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𝒴a no escuchaba sus pasos en las hojas y tierra. Solo me percibía a mi mismo, huyendo con agonía. Mis jadeos, mis pisadas, pero solo me concentré lo más posible en desaparecer.

Durante mi trayecto choque varias veces por culpa de mi vista y piernas debilitadas. No me caí en ningún momento, pero si me raspé con un sinfín de troncos e intenté sostenerme con plantas espinosas cuando tropezaba con piedras o raíces. Pero nada me detuvo de correr lo más lejos que podía. En zigzag, hacia arriba y abajo. Y trataba de ir por los caminos más complicados y con más caminantes de la cuenta que vagaban solos por el bosque, siendo consciente que para la condición de el sería difícil igualarme. Incluso malherido continuaba con la ventaja que la adrenalina del momento me proporcionaba, incluso pareció que mi cuerpo se había olvidado temporalmente del dolor para salvarme. Pero en cuestión de minutos ni siquiera mi propio cuerpo logro soportar mi intenso movimiento. Me desplomé bruscamente hacia atrás, raspando mi espalda con la madera del roble que me atrapó.

Respiré con desesperación, recobrando el aliento. Tenía que callarme para que no me escuchara, así que me cubrí la boca y la nariz con las dos manos. Pero eso no basto, porque mis pulmones y cerebro continuaron exigiéndome más oxígeno del que podía brindarles. Los mareos se hicieron presentes. Mi cabeza dio vueltas y a no más tardar, mis extremidades terminaron por aflojarse. Sin poder evitarlo caí hacia un costado, casi desmayado.

Tenía un disparo en el abdomen, varios golpes insoportables por todo el cuerpo y mis sentidos cada vez más difusos que antes. No podía respirar ni escuchar bien. Pero fueron mis ojos los únicos que se obligaron a permanecer abiertos para enfocar lo mejor posible al hombre del que huía en primer lugar. Sonrió y anduvo con prisa, sin apartar sus ojos de mi. Escuché también sus risas y burlas sobre haberme encontrado tan fácil.

Mis lágrimas no pararon en ese momento, principalmente porque sabia que otra vez no lo lograría. No había formas ni posibilidades.

En cuanto llegó a donde yo me encontraba, se agacho y me sujetó del cuello de la camisa. Apreté los párpados y los puños. Jadeé por miedo y porque cada vez me resultaba más difícil respirar.

—¿Creíste que te ibas a librar? —Me pregunto complacido por toda la situación.

Luego me solto con agresividad y me tomo por los pies para arrastrarme fuera del bosque hacia la carretera, donde un auto estaba estacionado. Pasaron varios minutos, los suficientes para que recuperará el conocimiento.

El hombre de antes intento subirme al auto, sin éxito, provocando su pronta desesperación. Gritó que me quedara quieto e incluso jaloneo parte de mi ropa para que mi cuerpo se moviera también. Yo me rehuse lo mejor que pude, tanto así que en uno de esos movimientos le di con el codo en la mandíbula.

El golpe lo aturdio lo suficiente para soltarme y echarse hacia atrás, gritando un montón de maldiciones y sobándose. Aproveche la oportunidad para salir corriendo. Mis energías incrementaron por el golpe de adrenalina, pero un estruendoso sonido me detuvo. Tan solo segundos después mi pierna se doblegó sin que pudiera controlarlo. Todo mi cuerpo sintió un dolor indescriptible, pero el muslo fue el que más se comprimio y ardió. Caí de frente.

El aire se me iba, el llanto se entremezclaba con mis quejas. Podía sentir que me brotaba la sangre y se escurría entre mis dedos, chorreando y goteando hasta llegar al suelo, imparable.

El hombre dio un par de pasos hasta donde yo estaba y, sin pensárselo dos veces, me dio la vuelta bruscamente y se me echo encima. Paso una pierna a cada lado y se sentó sobre mi abdomen, inmovilizándome y contrayéndome contra su cuerpo pesado y maloliente.

—Aquí no está Negan para limitarnos.

Solo fui capaz de observar su rostro, sus ojos enfurecidos y su media sonrisa que mezclaban la perversión y el enojo.

Con una mano apartó las mías y con la otra me golpeó con el puño cerrado. El rostro se me calentó en toda esa zona. Y aprovecho que me atonté por el golpe para sostenerme fácilmente de las muñecas con una sola mano y llevarlas por encima de mi cabeza.

Comenzó a bajarse los pantalones y luego bajar la bragueta de los míos, tocando mi cuerpo en todo el proceso.

Pero ahora si, fuerzas no me quedaban, solo podía mirar y esperar. Como estaba tan acostumbrado a hacer.

Pero en esta ocasión no hizo falta. Una bala certera, que no vi ni escuché venir, y apostaba a que mi agresor tampoco, le atravesó la frente, y cayó moribundo y cubierto de sangre a mi costado.

Yo estaba tan cansado física y mentalmente, que ni siquiera podía pensar. Mi cabeza solo me permitió procesar las pocas imágenes del presente; un chico y una chica saliendo de entre los árboles, intercambiando murmuros que no logré entender. No los veía con con claridad, pero lo que sí vi con claridad fue el sombrero desgastado de sheriff que el chico llevaba puesto, hasta que al final me sumergí en una total oscuridad.

𝑔𝑒𝑡𝑎𝑤𝑎𝑦 𝑐𝑎𝑟  ⋆  carl grimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora