1-Melanie Catauski

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Un 26 de enero del 3016, en un pequeño pueblo de Japón, nacieron un par de gemelas cuya madre era bastante joven, y de su padre no se sabía nada.
   La madre, cuyo nombre nadie recuerda, era una mujer mestiza, su padre era Estadounidense y su madre japonesa, aunque desde pequeña vivió en Japón.

Luego de un cierto rato y algunos exámenes, llego una enfermera con las dos niñas en brazos.
-Felicidades señorita Angel, tiene un par de gemelas muy saludables.- La enfermera le entregó el par a la madre.- ¿Cómo se llaman estas bellezas?- La madre se quedó seria un buen rato, al parecer no le dio tanta importancia el hecho que tuvo 2 hijas, así que solo dijo lo primero que se le vino a la mente. -Max y Melanie, usted eliga cuál de las dos se queda con cada nombre.- dijo la madre, con poco interés.

Luego de unos meses, la madre y sus hijas se fueron a vivir a una pequeña isla de Japón. El lugar era pequeño, tenía apenas 80 habitantes. El lugar contaba con dos tiendas, un lugar de ancianos, una oficina de correos y un banco. Lo justo y necesario.
  La mujer y las niñas tenían una pequeña casa a la orilla de la isla, un lugar muy lindo donde por las noches el agua que llegaba a la orilla era iluminada por la ciudad que estaba alfrente de la isla. La madre trabajaba en el lugar de ancianos, esa era la única razón por la que ella estaba en esa isla.

La madre de las dos niñas solía ser bastante distante con sus hijas, muy pocas veces les demostraba algo de cariño, aún así las dos niñas querían mucho a su madre.
  Max y Melanie crecieron juntas, lamentablemente vivian en un ambiente de constante maltrato, aunque, eran demasiado parecidas como para no querer comprarles la misma ropa y ponerle el mismo peinado a sus alborotados cabellos.

Sin embargo, las dos eran muy distintas. Max era mucho más revolucionaria, ella sabía que su madre no tenía ningún interés en las dos, y buscaba sobrevivir como podía, mientras Melanie solo seguía sus pasos. Usualmente Max y su madre discutían, muchas veces en esas discusiones Max terminaba siendo golpeado, eso hizo que Max odiara aún más a su madre. Ella odiaba el hecho de tener que usar lo que su madre quería, odiaba el hecho de tener que ser igual a su hermana, odiaba su ropa, ya que no lograba saber quien era en realidad.

Un día, Melanie y Max acompañaron a su madre a su trabajo. Ese día fue un niño a visitar a su abuelo, el niño cuyo nombre nadie recuerda comenzó a jugar con las dos gemelas. Era la primera vez que las dos niñas veian a un niño de su edad, y rápidamente notaron la diferencia entre los dos.

A Max le llamo la atención, así que rápidamente le preguntó al niño por qué eran tan diferentes. Claramente le explicó el hecho de que el era hombre y ella mujer, que existían cosas afeminadas y cosas más masculinas, quizás esa era la gran diferencia que existía entre ellos dos, la forma en como sus padres vestían a los dos niños.
A Max le encanto la idea de ser un niño, estaba convencida de que quería ser un niño, su hermana solo la apoyó.

Max estaba muy segura de que ella era un niño, Max sabía que ella era un niño. Pero su madre simplemente no la entendía. Max insistía de qué era un niño, y su madre no quiso entender. Entre gritos y golpes la madre de Max quiso haces que Max entendiera que ella era una mujer. Pero las cosas no podían ser así. Max no quería ser mujer, ella sabía que no era mujer, sabía que era un hombre. Max sabía que lo que veía en el espejo no era un niño, sino una niña, ella sabía que no era niña, sabía que lo que veía en el espejo no era ella, y la frustraba. Si bien, Max aún era pequeña, aún no entendía ni el 10% de lo que es el mundo, pero sabía algo, sabía que ella se llamaba Max T. Angel y que era un niño.
Y asi fue, Max era un niño, aunque su madre no lo aceptara. El único deseo que tenía Max era que su madre aceptara a su hijo.

26/01/3022, Cumpleaños de los gemelos

Los dos gemelos estaban emocionados, sabían que un delicioso pastel lo esperaba ya que tenían un año más de vida. Sabían que para su cumpleaños tenían la oportunidad de pedir un deseo, y Max quería que su deseo más grande se cumpliera. Deseaba que su madre aceptara que él era un niño.

Pasó el momento de cantar la típica canción de cumpleaños feliz y de soplar las velas, era el momento de su esperado deseo. -¿Qué desean?- Pregunta la madre. -Yo deseo... Deseo ser... Millonaria para que todos tengamos muchos pasteles..- Dijo Melanie.- Yo deseo.. Que mi mamá me quiera y que.. Acepte que yo soy un... Un niño...- Dijo Max, muy tímido al saber que su madre estaba presente, su madre repentinamente le dió una cachetada.
- ¡Max, cuantas veces te he dicho que dejes ese tema.. Eres una niña no un niño!- La madre empezó a gritar como loca, por la furia agarro el pastel y lo tiro a la pared. - ¡Por desobediente tú y tu hermana se quedan sin pastel!- La madre, llena de furia deja a los dos niños encerrados en la habitación, mientras ella va a quien sabe donde.
  La cara de Max estaba mojada, por las lágrimas que caían de sus ojos y bajaban por sus mejillas. Melanie también llorando abrazaba a su hermano, para consolarlo, aunque ella igualmente se sentía triste por no tener pastel.
Max estaba confundido, ¿Por qué su madre actuó tan agresiva de la nada? ¿Por qué su madre no lo quería? ¿él tiene la culpa de algo? Simplemente no sabía que pensar.

Luego de un rato, Melanie y Max ya habían dejado de llorar. Los dos estaban callados, sentados con la espalda apoyándose en la pared. De pronto a Max se le ocurrió una idea, quizás su madre no lo veía cómo un niño ya que no parecía un niño. Rápidamente busco tijeras y se corto el cabello. Se sintió bien.
  Melanie al ver esto, sabía que probablemente su madre regañe a su hermano, así que para igualarlo, tomó las tijeras y se corto el cabello al igual que su hermano. - Si te regañan, a mi igual.-

Cuando la madre de los dos por fin se resignó a abrirle la puerta a los niños, se dió cuenta de lo que los dos niños hicieron, en un momento de furia agarro a Max y lo amenazó con la tijera, Melanie empezó a tironear a su madre para que dejara en paz a su hermano, mientras Max recibía múltiples insultos y golpes. Melanie consiguió quitarle las tijeras a su madre y en modo de defensa se las enterró en la pierna, la madre de Melanie empujó a Melanie contra la pared. -¡En serio no entiendo por qué los sigo cuidando! ¡Hace mucho tiempo debí haberlos dejado en la calle! ¡Niños bastardos del diablo! Siempre los quise muertos, desde el momento que llegaron a mi vida me han quitado todo. ¡Tengan un poco de empatia por mi y sean más normales!- La madre volvió a encerrarlos en la habitación.

Por la noche empezó a hacer mucho calor, Melanie empezó a notar una luz rara, Max sintió un olor a cenizas. De un momento a otro la habitación se estaba incendiando entera. La puerta ya se había quemado por completo dejando pasar el fuego a la habitación donde se encontraban los dos niños los cuales lograron escapar por la ventana. La única salida que tenían para escapar era cruzar el lago para llegar a la ciudad que estaba alfrente de la isla, ya que su casa rodeaba toda la orilla, la cual se estaba quemando totalmente. Con suerte los dos niños sabían nadar muy bien.

Los gemelos al llegar a la otra orilla se tiraron exhaustos a la arena, con algunas quemaduras en los brazos, sus ropas y cabellos húmedos, el cuerpo cansado, y el corazón roto

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Los gemelos al llegar a la otra orilla se tiraron exhaustos a la arena, con algunas quemaduras en los brazos, sus ropas y cabellos húmedos, el cuerpo cansado, y el corazón roto. Simplemente se quedaron dormidos en la arena.




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⏰ Última actualización: Oct 05, 2023 ⏰

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