Jeongyeon tenía los ojos rojos de tanto mirar la pantalla de su ordenador. Por culpa de la traidora de su amiga, tuvo que quedarse hasta tarde para conseguir terminar su proyecto a tiempo.
—¡Un zombie salvaje apareció!
Jeongyeon frunció el ceño, restregándose los ojos con pereza. Se acercó a sus amigas y le tiró a su compañera el pendrive a la cara.
—Me debes más que una —soltó entre un bostezo y un gruñido de molestia.
Chaeyoung se rio con sorna, guardando el pendrive en su bolsillo.
—Tenía una cita —se excusó.
Jeongyeon la miró con desagrado, arrugando la nariz. Ni siquiera tenía las suficientes fuerzas como para molestarse de verdad. Además, fue ella misma quien le organizó esa cita a su mejor amiga, aunque no había esperado que fuera el mismo día en que ellas terminarían su proyecto.
—Por eso, al menos me debes dos —sentenció Jeongyeon, y le lanzó su mochila antes de curvar su espalda como una anciana.
Chaeyoung atrapó la mochila y se la colgó en el hombro izquierdo sin problemas. A su lado, una tercera chica soltó una risa divertida.
—Bueno, mira el lado positivo.
—¿Lado positivo? —jadeó Jeongyeon, mirándo incrédula a su prima.
—Sí, tu trabajo va a ser recompensado.
Jeongyeon tenía que admitir que su prima siempre fue alguien muy optimista. Incluso cuando su madre enfermó, Jihyo se mantuvo firme, esperando que se recuperara pronto.
Recordaba aquello como si hubiese sido ayer. Tantas semanas viendo a su pobre tía postrada en una triste cama de hospital, a la espera de que pudiesen reunir dinero suficiente para su cirugía. No había sido algo fácil de vivir.
Jeongyeon incluso estuvo tentada a meterse en el mundo de las drogas para poder costear la operación y ayudar a su prima. Sin embargo, una bendición con nombre y apellido apareció para salvar a su preciada tía: Minatozaki Sana, con su bondad y gentileza por delante, les brindó todo tipo de ayudas económicas.
Jihyo y Jeongyeon se encargaron de agradecérselo de todas las formas posibles, aunque su prima fue la que más se esmeró en premiar a su salvadora, pues tan sólo unas semanas después, Jeongyeon y su tía descubrieron la relación que había entre ellas. Una relación más allá de una simple amistad.
Fue esa misma la que tomó gran parte del tiempo en la vida de Jihyo, por lo que Jeongyeon se encargó personalmente de cuidar a su preciada tía cada vez que su prima salía con su novia para tener tiempo de calidad en pareja. A Jeongyeon nunca le molestó atender a su tía, al contrario, estuvo más que agradecida por tener la oportunidad de devolverle el favor a la mujer que la aceptó como su propia hija.
Ella la adoptó nada más nacer, pues, tras el parto, su madre falleció, dejándola sola en el mundo. Y el hombre al que se negaba a llamar padre y al que nunca llegó a conocer las abandonó a ambas cuando su madre estaba embarazada.
Qué momento más inoportuno para recordar algo tan deprimente.
Si la profesora Myoui ya era suficientemente cargante, tener que escucharla con la mente ocupada en su triste pasado no estaba ayudando a Jeongyeon en absoluto.
—Ni se te ocurra dormirte. Si aún aprecias tu vida, no hagas algo para que la profesora Myoui quiera matarte —le susurró Chaeyoung con el pecho pegado en la mesa y la mano cubriendo su boca con disimulo.
—¿Eso te dices a ti misma cuando se te mojan las bragas por Myoui? —dijo Jeongyeon, reclinándose en la mesa para imitar la pose de su amiga.
Chaeyoung se ruborizó y le dedicó una mirada iracunda.
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Teach Me || 2yeon
Fanfiction"Enséñame a follar con una mujer y te daré algo a cambio" Nayeon sólo quería aprender lo que era estar con una mujer, pero Jeongyeon le enseñó demasiado. 𝐀𝐃𝐕𝐄𝐑𝐓𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀: mención de parejas heterosexuales y contenido adulto. ⇝Adaptación ©Word...