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Los momentos que pasamos, nos llena de sentimientos y emociones que ayuda a expresar esos sentimientos, situaciones en las cuales expresamos otros sentimientos que en ese momento no queremos expresar y oprimimos los verdaderos sentimientos que anhelamos demostrar...

Estudio en segundo año de universidad, no soy una excelente estudiante sobresaliente, pero, no soy de tan malas notas, simplemente regular y común.

Son las 6 de la mañana y me he despertado directamente a bañarme, pensando si el agua de la regadera estará fría pero trato de no sobre pensarlo, y pongo mi playlist para subir el ánimo del día de hoy. Mi madre también ha despertado y es que ella hace mi desayuno mientras me preparo para ir estudiar, sé que es algo que debería de hacer pero ella siempre se ofrece y cómo decirle no a una mamá. 

Salgo de la ducha con el viento frio de la mañana -Buenos días mamá- saludo al ver que ha dejado mi desayuno preparado para llevar en mi habitación.

-Buenos días, dejo tu desayuno aquí, no lo olvides- mientras sale de mi habitación con su rostro que dice a gritos seguir durmiendo.

Ella a pesar de trabajar toda la semana siempre me apoya con pequeñas cosas que para mi es mucho, le agradezco por siempre estar.

Me visto con el uniforme de la universidad según mi carrera, tomo mi desayuno y lo coloco dentro de la mochila para salir directo a la universidad, estudio solo una vez a la semana y durante la semana trabajo de medio tiempo, soy simplemente normal que siempre desea tener una pizca de aventura en su vida. 

Entrando a la universidad me encuentro con mi amigo de primer año que está un salón antes que el mío -Hola Ryan- dando un abrazo cariñoso a pesar de ser un hombre desabrido que evita el contacto físico, pero aún así lo aprecio mucho.

Ryan para mí, así como para él, nos consideramos como unos hermanos, el por supuesto el mayor por dos años, nos conocimos en la escuela secundaria Wisdom. Cuando cursaba el primer año, él era de ultimo año y coincidimos gracias a Sasha que fue nuestra amistad mutua, aunque en la forma que nos conocimos no fue una agradable, nos a hecho inseparables con una mutua relación como hermanos.

-Buenos días empalagosa- suspiro escuchando ese sobrenombre, puede que sea cierto pero sigue siendo molesto -No crees que es suficiente- se desprende de mí tratando de no hacerme sentir mal mientras lo veo ofendida.

-No, pero si lo es para ti está bien- rio, estoy totalmente acostumbrada a esto, es normal, solo soy así con el, llevamos años de amistad, y por dentro ambos sabemos que le agrada mi cariño.

Sigo mi camino hacia el salón, nunca cambio mi lugar, la fila de en medio tercer escritorio, solamente para sentarme al lado de ÉL, sí, de él. Él es con quien he tratado de hacer una amistad pero solo me ve como una compañera, me conformo hasta cierto punto. El es tipo reservado, casi no participa en clase pero siempre tiene las mejores notas de entre todos, su tono blanco de piel es única y  su cabello negro no importa como lo tenga, le va bien todo.

-Buenos días- entro saludando a todos en el salón, somos pocos, el año pasado salieron la mitad así que solo veintitantos en el salón de segundo año, él como siempre, carga sus audífonos recostado en su escritorio deseando irse pero jamás lo ha hecho.

Lo toco del hombro -Buenos días Andrew- se acomoda en su escritorio y se quita un audífono -Buenos días Nai- pongo mi mochila en mi escritorio y me siento a esperar a Marcus, mi compañero más amigo que compañero, Marcus se sienta frente de mi y se lleva un poco más con Andrew que yo.

-Andrew, Marcus no ha llegado aún?- a lo que me voltea a ver y me ve como a todos, de manera normal... -Pues no, lo llamaré después si quieres- mientras ve hacia la puerta. Y como no ver, ella es la misma Afrodita, hermosa tanto física como también al tratar a los demás, me paro a saludarla por que aunque recientemente ella y yo empezamos a juntarnos más, le tomé muchísimo cariño.

-Hola Ada!- le doy un abrazo corto, porque respeto su espacio personal -Buenos días Nai, aún no ha llegado el profesor?- le niego con la cabeza y dejo irla a su asiento mientras yo también regreso al mío.

Durante las clases del todo el día estuvieron interesantes y otras aburridas pero el mas esperado momento del día llega cuando es nuestra hora de salida. Mi parte favorita es cuando camino junto a Andrew y hablamos un poco.

Entre todos lo temas, tengo curiosidad por preguntar algo que mi celos dicen, -Andrew, puedo preguntarte algo personal?- lo veo esperando su respuesta de siempre "puedes hacerla pero decidiré si responderla o no" -Si claro, dime- me sorprendió un poco pero aproveché de la oportunidad.

-Te gusta Ada?- lo veo con una sonrisa, disimulando mis celos. -Pues... es muy hermosa- limita a decirlo con cierta inseguridad, rio porque sé que no lo supo disimular, -Di la verdad, es un sí o un no?- a lo que lo piensa bien, sabe que algo planeo -No lo sé, quizás un si?, por qué?- a pesar de ser solo su compañera, me conoce cuando lo necesita.

-Simple duda- seguimos caminando en silencio por uno o dos minutos, porque no encontramos con Ada -Hola chicos- nos saluda a una poca distancia, ella se encontraba en la esquina en donde separamos caminos con Andrew, así que se despidió después de saludarla.

Nos quedamos solo Ada y yo -Quieres ir de compras?- pregunta a lo que le contesto rápidamente que sí -Apresurémonos antes de que vengan por mí- me toma de la mano y vamos al mall mas cercano. Ya allí nos tomamos nuestro tiempo en elegir ropa y al término de eso nos vamos por caminos separados.

Envío un mensaje a Andrew

*_Llegaste con bien?_ 06:38 pm_*

*_Si, gracias_ 06:41 pm_*

*_Tu también llegaste con bien?_ 06:42 pm_*

*_Si, gracias por preguntar_ 06:47 pm_*

Después de ese mensaje no volvemos a hablar hasta el siguiente domingo, y así transcurren los meses. Jamás tomo valor de hacer algo por él, menos al saber que le gusta Ada. Hasta que sucede Ryan.

He escuchado esa frase que dice "Ten cuidado con lo que deseas", no sé si arrepentirme o aprovechar todo este desastre que está pasando.

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora