De nuevo vio su reflejo en el espejo de su habitación y suspiró.
El traje blanco que lucia era hermoso y las flores que adornaban su cabeza le daban un brillo especial.
Acomodó la banda azul también y trató de poner la mejor sonrisa que pudo.Se supone que hoy tendría que ser un día feliz, hoy tendría que estar nervioso por la ceremonia, pero no se sentía así.
La opresión en su pecho le estaba dificultando respirar. Por primera vez desde que vive como todos los demás en la isla siente culpa.
Cellbit le estaba entregando todo, su amor, su familia, una vida. El en cambio solo se estaba aprovechando de eso.No tuvo tiempo de pensarlo hasta ese momento, hasta caer en la realidad de que estaba a minutos de casarse.
Cellbit perfectamente podría conseguirse a cualquier otra persona, una qué si lo valorara y sin embargo aún se cree capaz de atarlo a el.
Si se ponía a pensar era muy egoísta de su parte, por que pese a que sabia que no era bueno para el brasileño, no quería que se separara de el.Por un momento creyó amarlo de verdad, por que todo lo que significaba Cellbit era meramente perfecto.
Siempre había tenido esa atención especial con el y habían compartido tantos momentos con sus hijos que le era difícil recordar algunos donde no estuvieran ellos presentes.Cellbit siempre fue cariñoso, a pesar de que para los demás pueda parecer algo serio, para el siempre tenia un trato especial.
Cellbit nunca había sido de esos que son el centro de atención, nunca hacia mucho revuelo por todo, prefería observar y sin embargo siempre le seguía la corriente, siempre que el desbordaba energía Cellbit estaba feliz de verlo.Por un momento creyó fielmente haberse enamorado del Brasileño, pero después de haber pasado días encerrado escuchando una y otra vez la palabra familia, le había quedado claro todo.
No podía amar a Cellbit, por que eso lo volvería débil, no estaba permitido y solo le traería problemas a ambos. Era mejor así.
Claro que también podría dejarlo en paz, dejar que consiga una mejor vida que estar atado para siempre a el, a una persona que no lo ama, pero era lo suficientemente egoísta para no permitir eso.
Solo le quedaba autoconvencerse de que esta unión también le ayudaba a el. Así la Federación no le haría daño, no más secuestros estúpidos.
Cuando salió de su casa antes de dirigirse a buscar a sus padres iría a visitar a Cucurucho.
Cuándo llegó entró por el elevador escondido del cual solo el sabía el paradero. Los pasillos del lugar se sentía como siempre, fríos y solitarios.
Camino con cuidado para no ser visto por alguien indeseado.
A lo lejos vio a Osito Bimbo caminar distraído con unos papeles y con lo que parecía ropa en la otra mano.-¡Osito!
La mirada de Osito Bimbo se alzó de inmediato al escucharlo.
-Roier... Te ves muy bien.
El chico corrió para abrazar a Osito Bimbo y este como pudo le correspondió.
Cuando estuvo más cerca logró ver que la muda de ropa que llevaba era el conjunto de siempre de Quackity.-¿Qué es eso?
-Nada, solo estoy moviendo algunas cosas, ¿por que estas aquí?
-Quería hablar con ustedes antes de la boda. No quiero abandonar a mi familia.
-Cucurucho está en su oficina.
-¿Está molesto conmigo?
-No, solo ha estado ocupado, el te apoya y te quiere, aunque a veces no sepa demostrarlo.

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Trust Me [Guapoduo]
RandomCellbit era feliz a lado de su esposo, no podía sentirse más enamorado y ese sentimiento solo creciera con el pasar de los días. No había otra persona en la que confiara más en la Isla que en Roier. Cuando estaba solo, el estuvo con el, cuando nad...