Firebird's Son: Libro I de la Trilogía Firebird

Capítulo 38: El juego del campeonato

A / N: Cap 37 Reseña Las respuestas están en mis foros como de costumbre. Este capítulo representa el último juego de quidditch no solo en el Libro 1, sino en toda la trilogía. El martillo está cayendo, y nada será igual.

Capítulo treinta y ocho: El juego del campeonato

El cuarto año de Harry en Hogwarts terminó en una serie de pruebas, ensayos, revisiones y prácticas de Quidditch. Hizo su entrenamiento de fuerza por la mañana y su entrenamiento de resistencia por las tardes, practicó Quidditch cada dos días y estudió hasta que pensó que se le caerían los ojos.

Vio trigonometría en sus sueños, y Snitches brilla por sus ojos en medio de la clase Potions. Se movió alrededor del castillo en un estado de fuga semipermanente, solo parcialmente consciente de lo que estaba sucediendo. Y sin embargo, de alguna manera, lo superó. Se despertó por la mañana, se duchó, se vistió, comió, estudió, ejerció, practicó, comió, durmió y repitió, hasta que pasaron los días, y se sentaron las últimas pruebas, y los últimos ensayos entregados.

Se levantó el 10 de junio y se dio cuenta con un estremecedor shock de que la escuela había terminado durante el año. Los únicos niños que aún estudiaban eran los estudiantes de OWL y NEWT que tomaban su propio grupo de exámenes. Pero durante los cuartos años, los años inferiores y los Sixers, la escuela se realizó esencialmente.

Y en cinco días, estarían jugando Durmstrang para decidir el mejor equipo de Quidditch en la ICW Junior Quidditch League.

Los periódicos ya llamaban a Durmstrang los favoritos, incluso los periódicos británicos, pero Harry no podía estar molesto por eso. Dudaba que Hogwarts pudiera haber vencido a los brasileños incluso en su mejor día. El hecho de que Durmstrang venciera a un equipo tan fuerte significaba que eran una amenaza real.

Por supuesto, el castillo en sí estaba lleno. Debido a la política de Durmstrang de no recibir visitantes bajo ninguna circunstancia, el juego debía jugarse nuevamente en Hogwarts. Ya el Ministerio estaba trabajando en el Quidditch Pitch, expandiéndolo aún más para sentar a la multitud esperada de diez mil personas — una multitud casi tan grande como el juego de la Copa Mundial de Quidditch, o eso le dijo Ron.

Desafortunadamente, había un lado oscuro en sus nubes plateadas — que iba a cumplir quince años en cincuenta y un días. Ese día, un grupo de ancianas mezquinas, la mayoría de las cuales nunca había conocido, iban a hacer que se casara no porque lo quisieran feliz, pero porque lo querían encadenado.

Fue suficiente para que incluso el campeonato de Quidditch perdiera parte de su atractivo.

También estaba el libro de su madre. Al igual que su hábito de buscar a Luna en el mapa de su padre, a altas horas de la noche a menudo quitaba el libro de su madre y miraba su foto. Parecía tan joven y tan etéreo, que le era difícil creer que alguna vez tuvo un hijo, que alguna vez fue un ser humano real e imperfecto. Y, sin embargo, cuanto más aprendió sobre ella, y cuanto más comenzó a sospechar, más temía que ella no se pareciera en nada a lo que nadie sospechaba.

No había terminado — ni siquiera había comenzado, realmente — decodificando el mensaje que dejó porque tenía miedo de lo que ella podría decir. ¿Qué pasaría si ella dijera que en realidad era una Mortífaga y que Voldemort solo la mató porque lo traicionó de alguna manera? El fantasma de Voldemort dijo que realmente no quería matar a ninguno de ellos; solo quería que ella hiciera algo por él, algo que solo ella podía hacer. Y en respuesta, ella se suicidó y destrozó sus almas.

¿Cómo? ¿Por qué? Ella escalfó a su padre, pero solo después de acostarse con otros dos hombres, uno su enemigo mortal y otro su mejor amigo. Harry simplemente no podía entender cómo podía pasar de Snape a James Potter, quien de todas las cuentas era bueno, responsable, mago de pura sangre leal a su aquelarre y contento con su suerte en la vida.