kiss or kill.

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gritos, eso era la único que se escuchaba desde la cocina. otra vez alejandra e isabel estaban peleando, la verdad eso ya ni molestaba a melina, pues la pobre cada día estaba más acostumbrada a escucharlas gritar y pelearse por todo para luego verlas acurrucadas en el sofá después de pelear tres horas por alguna estupidez.

y hoy no era la excepción.

—¡te dije que no tocaras la estufa, ahora tu mano está roja! —gritó isabel mientras regañaba a la más alta.

—ñiñiñiñi, tú no me dijiste nadaaaa, además la comida se está quemando —señaló la estufa, que ya estaba sacando humo.

isabel rápidamente apagó la estufa y metió los trastes al lavabo.

—creo que hoy comeremos fuera de casa... a menos que tú o mel quieran cocinar —la mayor rápidamente salió corriendo, estaba demasiado cansada y cocinar no era su fuerte —. lo tomaré como un “dile a mel”.

de pronto, un grito provino de la sala.

—¡yo tampoco cocinare! —fak, ahora sí o sí tendrían que salir a ver que comer.

cuando terminó de ordenar todo lo que había utilizado para cocinar, decidido ir con una de sus queridas novias.

pero se llevó la sorpresa de que esta estaba siendo abrazada por la mayor de las tres, y aún así, sin importarle la presencia de la otra y olvidándose de su enojo con la rubia, se acurrucó entre las dos.

pero, rápidamente fue tirada al piso por alejandra, al parecer a ella todavía no se le había ido el enojo.

entonces la menor se fue al cuarto a escuchar música de su artista favorita, ese día alejandra dormiría en el sofá.

y no sería la única.

—chicas, tenemos que hablar —dijo melina, muy seria, quizás más de lo que debía.

—¡fue isabel! —exclamó alejandra rápidamente, como si así se salvaría de cualquier regaño.

—¡yo qué, seguro fuiste tú y por eso me echas la culpa a mí! —le siguió isabel, haciendo a melina enfurecer.

—¡ya basta! —de pronto, ambas se callaron, incluso el grillo que había estado grillando desde ayer en la noche —, sé que intentan llevarse bien y que en el fondo, muy en el fondo, se aman más de lo que creen pero, ya déjense de tonterías —vió a ambas y ellas sólo se estremecieron ante su mirada.

un silencio incómodo se apoderó de toda la casa. ninguna de las tres decía nada y parecía que nadie diría nada, el silencio se sentía eterno.

isabel intentó hablar, pero las palabras y letras se atoraron en su garganta, no podía decir nada, se sentía realmente mal por haber causado todo lo que ahora sucedía. no quería molestar a melina con sus peleas con la mayor pero a veces no sabía controlarse.

alejandra igual intentó decir algo, pero no tenía nada que decir, algo le decía que elena quería decir algo más.

y así fue.

—entonces, ¡ustedes tendrán que dormir juntas toda una noche!

ellas sólo se vieron la una a la otra, nunca habían dormido juntas sin la presencia de la pelinegra, y tampoco esperaban hacerlo.

la castaña negó con la cabeza—dime que esto es una broma por favor —la rubia sólo rodó los ojos, sabía que ahora estaba diciendo eso pero al rato estaría más que dormida acurrucada en ella.

—no, no lo es —le acarició la cabeza a la menor —, ya tengo todo listo, ustedes dormirán juntas en el cuarto y yo estaré en el segundo cuarto.

intentaron chantajearla con caras de perro atropellado pero no funcionó, ahora sí o sí tenían que dormir juntas para no molestar más a melina.

—sólo no me patees en la noche, ale.

la nombrada sólo asintió con la cabeza sin ánimos, no prometía nada.

ya era hora de dormir, y eso significaba separarse de melina.

—¡meeeel, no me dejes con esta loca por favoooooooooor!

la recién nombrada sólo rió y le dió un besito en la frente a ambas para luego dejarlas en el cuarto y cerrarle con seguro, así no se escaparían.

elena piensa que dejar solas a una mexicana y una argentina no era la mejor acción que había tomado, pues podían suceder muchísimas cosas, entre ellas, matarse o besarse, las dos eran muy probables.

mientras con las otras dos, ya se estaban peleando otra vez.

—¡te digo que el cereal va primero que la leche!

—isabel, por poner primero la leche no se va a acabar el mundo, cállate ya.

—a ver callame.

y ahora ambas se besaban como si nunca en su vida se hubieran peleado.

no puedo decir que era un beso mágico y todo eso porque no lo era, ambas se maldecían en sus mentes, supongo que por eso se aman muy en el fondo.

ambas terminaron el beso y se acostaron en la cama para dormir tranquilamente, isabel aferrada a alejandra como un koala y alejandra con una cara que decía de todo menos comodidad.

sería una larga noche.

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⏰ Última actualización: Oct 18, 2023 ⏰

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