Prólogo

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Las mañanas eran siempre iguales.

Dionne despertaba con el cabello revuelto, dolor de cabeza, poca tolerancia a la luz, la boca seca y unas ganas insuperables de vomitar; lo que indicaba que tenía resaca. Era más que obvio después de que cada noche bebía hasta caer inconsciente.

¿Por qué? Había muchas razones, dependía del día, y del trabajo que tuviera que hacer.

Como fuera o por la razón que fuera, lo que más odiaba era ser molestada tan temprano cuando era de conocimiento general que la chica no comenzaba a ser funcional antes de medio día.

8:00 am

Eran las 8 de la mañana y alguien seguía insistiendo en llamarla; ¿5? ¿8? ¿20 veces? No sabía cuantas llamadas habían entrado hasta ese momento.

-Te juro que si no te estás muriendo yo misma me encargo de que así sea-responde la chica en el segundo timbrazo de la 20° llamada, luego de haber visto de quién se trataba. "Jack Miller", un socio de su abuelo, y un hombre con el que ya había trabajado más veces de las que podía contar con los dedos de las manos.

"Calma, preciosa. ¿Acaso no te divertías mucho anoche?" pregunta él através de la línea, claramente burlándose del estado de la chica "Me dijeron que te vieron con el jefe de la familia Kundera"

-Ese idiota...fue por trabajo-suelta Di, recordando un poco la noche anterior; una cena pomposa, un discurso sobre materiales renovables, un par de copas de champagne, las manos de Nico Kundera en su cintura, un par de besos y había obtenido toda la información logística del negocio de tráfico de metanfetaminas del hombre. ¿Poco agradable? Sí. Pero esa era su vida desde que podía recordar.-Cómo sea, no me llamas para saber que tan bien besa Nico ¿o sí? ¿qué quieres?

"Arruinas la plática de interés, primita" Por supuesto no eran primos, aunque habían crecido como si lo fueran, aquello comenzaba a molestar un poco a Di.

-Ve al grano o te cuelgo. Me quedan varias horas de sueño por cubrir.

"Sí, sí, lo sé. Que aburrida" suelta acompañando la frase de un bufido "Te tengo un trabajo. Aunque más bien es un favor. Tengo que salir de viaje, pero me pidieron a alguien para cuidar de una celebridad. Es un trabajo sencillo, nada de robos, nada de sangre, sólo seguridad privada ¿qué dices?"

-No lo sé, tengo trabajo que hacer- miente, sabe que tiene por lo menos dos semanas libres por órdenes de su abuelo, dos semanas destinadas a beber, y entrenar hasta el cansancio.

"Tu abuelo me dijo que estás de vacaciones, no intentes mentir, preciosa" era obvio, eran socios, su abuelo le diría algo como eso con la confianza que le tenía.

-¿Quién es? Dame un nombre y me lo pensaré. No pienso ser niñera de un idiota.-responde resignada luego de unos segundos. No perdía nada con ayudarlo, además así añadiría un favor a la larga lista que le debía.

"Sabía que preguntarías. Aceptarás cuando lo sepas"

-¿Puedes sólo decirme y dejar de ser una espina en el trasero?

"Muy bien muy bien, ya entendí que no estamos de humor. Se llama Lee Felix ¿te suena?"

¿Qué si le sonaba? Su prometido había estado obsesionado con el grupo del que formaba parte. Max prácticamente los había visto debutar. Pero no era lo único, Max había sido amigo de infancia del chico, habían crecido en el mismo vecindario. Jack tenía razón, no le iba a decir que no, después de todo sería bueno hablar con alguien que también había conocido a Max.

-Bien, envíame la información.

"Ya lo hice. Llega a medio día al aeropuerto, no queremos que se enteren que está en el país ¿de acuerdo?" Tenía que ser una puta broma de mal gusto ¿medio día? ¿de incógnito?

ContradictingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora