—Tae.
Lo llamo, e ingreso a su cuarto cautelosamente. Lo veo sin remera tendido sobre la cama, con una mano descansando sobre su tórax, los ojos cerrados y la boca semi abierta exhalando un suspiro tras otro. No reacciona ni responde ante mí, pero no esperaba otra cosa; ya va una semana entera inconsciente. Al menos ahora su ceño no está fruncido y parece tranquilo.
Me siento en la silla cerca suyo y lo observo de cerca, apretando los dientes. Hay gotas de sudor corriendo por toda su piel. El calor que emana es impresionante. Acaricio la mano encima de su pecho y está igual de hirviendo. Mi corazón se encoge más y más a medida que los segundos pasan. Extraño a mi hermano. Nuestra relación es la más importante en mi vida, por lo que indudablemente siento que algo me falta. Y tiene sentido que así sea, después de todo, somos mellizos. Estamos estrechamente conectados desde el momento cero. Es más, suena extraño, lo sé, pero un par de días antes de que cayera enfermo... lo sentí. No fue más que una inquietud en el pecho, pero no dejo de darle vueltas desde entonces. Realmente creo que fue un presentimiento.
Suspiro, repasando tiernamente los dedos de su cálida mano. La brisa fresca de la recién caída noche entra por el ventanal, que está totalmente abierto en un intento de enfriar la habitación. Observo las montañas a lo lejos y el hermoso bosque frondoso que se extiende, únicamente iluminado por la luz de la luna. Sonrío cuando mi cabello se mueve a la par que los pinos. Pero, de repente, siento una sensación extraña, y cuando giro la cabeza, veo a mi hermano con los ojos abiertos de par en par, clavados en mí.
Jadeo de la impresión y por inercia salto, intentando alejarme. Como hace rato dudo de mis facultades, primero pienso que solo estoy alucinando. Pero cuando su mano sostiene la mía, con una fuerza despampanante, entiendo que es real. Él se sienta en la cama como si nada... como si nunca hubiese estado enfermo, con una expresión impasible. Y tan solo me mira detenidamente.
—Taehyung —susurro, porque creo que no me reconoce.
No me observa con cariño, pero tampoco con desconfianza. Me observa distante. Como si no estuviera aquí realmente. Entonces, sin decir absolutamente nada, se levanta, cuando antes ni siquiera podía caminar por sí solo sin gritar del dolor.
Mi mente parece desconectarse, pues se ha hartado de intentar comprender. Pero no es hasta que lo veo de pie, que comienzo a considerar la idea de estar loca como algo en verdad factible, porque definitivamente este de aquí no es mi hermano. Su figura es diferente, su porte... todo él. Siento entonces mi cuerpo temblar y el miedo que me recorre. No sé quién es la persona conmigo en esta habitación. Pero él, erguido a mi lado, gira su cabeza hacia mí y me mira desde su altura. Suelta mi mano, que seguía sosteniendo hasta entonces, y como si fuese otro quien manejara su cuerpo, sale del cuarto. Volteo y lo veo desaparecer por el oscuro pasillo.
Permanezco en estado de shock por unos segundos que se me hicieron eternos. Y cuando los engranajes comenzaron a funcionar... pienso, ¿adónde podría haber ido?
Por el ventanal capto movimiento, y es ahí que lo veo, a paso seguro caminando desde el patio trasero hacia el bosque. Entonces algo en mi se quiebra y salgo disparada detrás de él. Dudo de mi racionalidad nuevamente mientras corro desesperada fuera de la casa, sin caer totalmente en lo que está sucediendo. Por mi mente hasta pasa la ridícula idea de que mi hermano esté poseído. Sin embargo, a pesar de mi poca cordura, alcanzo a agarrar la linterna de la cocina antes de salir.
El frío letal de la noche le da la bienvenida a mi cuerpo, resguardado solamente por unos shorts y una remera cómoda de andar en casa. Me detengo una vez estoy por salir del patio, observando los gigantescos pinos y la vasta vegetación frente a mí, que se ciernen intimidantes en la oscuridad, haciéndome dudar si continuar. Haría lo que fuera por mi hermano. Daría mi vida por él. Aún así, dudé. El dudar me enfureció. Y el enfurecerme me dio el empujón que necesitaba. Sin pensarlo mucho más, me adentré en el bosque.
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LUZ DE LUNA ; jjk.
FanfictionPronto Soyeon entenderá porqué desde el momento en que se mudó lejos, una conexión poco coherente con su pueblo de origen dio a lugar, como si algo, más bien alguien, le invitase siempre a volver. La quisiera siempre de vuelta. ex 'cálido'