~•Un final feliz•~

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¿Que se podría decir del pasado?, tantas cosas que nunca sabremos y tantas personas que jamás conoceremos.


En este caso paso algo, un amor, un hermoso amorío entre dos jóvenes cazadores, un amor entre una bella y dulce señorita de cabellos rosas con un degradado verde al igual que sus ojos..., ojos los cuales resplandecían como dos esmeraldas relucientes.

Y el otro era un joven de pelo negro al igual que la mayoría de personas, pero sus ojos eran singulares, ambos de dos colores diferentes los cuales eran muy llamativos, aunque el no era catalogado como alguien atractivo en aquel lugar.

La chica tenía por nombre Mitsuri Kanroji y el chico era Iguro Obanai, ambos pilares importantes de la cofradía caza demonios, ambos consientes de que en cualquier momento podrían morir y dejar solo al otro.

Pero aún así, estaban dispuestos a intentar algo, algo mucho más que una simple y sencilla amistad. Un noviazgo.

- Fue divertido este paseo Iguro-san, gracias por comprarme tantos dulces deliciosos jeje.- habló con notoria alegría la joven a su pareja.-

- Si quieres dulces o comida, te traeré la mejor de todo el pueblo, tu solo pídemelo y lo tendrás en tu mesa.- respondió el joven embobado por la ternura de su pareja como si de un robot se tratase.-


No era raro ver al chico comportarse de una manera un tanto peculiar cuando estaba con su pareja, a veces incluso parecía estar obsesionado con ella, pero no era así, simplemente su comportamiento se debía a una nula conciencia de como debía portarse si ya tenía pareja, después de todo ella era su primera novia.

Y la primera mujer en darle cariño y amor sin esperar nada cambio más que lo mismo que ella le daba.

...

Quizás eran demaciado dulces el uno con el otro o quizás era solo la envidia de otros cazadores al verlos juntos, pero siempre se rumoreaba de que eran demaciado diferentes como para durar demasiado con aquella relación.

Algo que a ninguno de los dos jóvenes enamorados les importaba, si bien el chico no era de mostrarse tan cariñoso en público, siempre trataba de que su pareja no se sintiera ignorada o herida por su actitud.

Cosa que lograba muy bien.

Los otros pilares y el jefe de la cofradía no eran de meterse en la vida sentimental de sus compañeros, pero estaban felices de saber que almenos dos de sus compañeros eran felices a pesar de las cosas que se vivían a menudo en ese lugar.

Eran felices, quizás demaciado para ser verdad...

- Iguro-san...- habló de una forma apagada la chica.-, ¿ganamos?.- cuestionó finalmente.-

- Si..., lo logramos..., hemos ganado.- respondió con dificultad el joven.-

- Que alivio..., sabes Iguro-san..., no siento dolor en mi cuerpo a persar de mis heridas jeje, creo que estoy muriendo.

- También estoy en una situación similar, ya no siento dolor alguno, así que te acompañaré a dónde vayas...

- P-Pero..., yo no quiero que tú mueras..., ¿acaso es por mi culpa? fuí una inútil en la batalla ¿verdad...?, por eso ahora tu-...

- No pienses eso, no vuelvas a decir algo como eso porfavor...

- Iguro-san..., ¿aún recuerdas el día en que nos conocimos?

~•One-Shorts•~ [Obamitsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora