Ojos Fugaces

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¿Sentiste alguna vez lo que es tener el corazón roto?

Tu, dueña de esos ojos que me miran al amanecer, perdidos en un desliz de la calidez que llega luego de la tormenta. Esos ojos que ven todo y demuestran lo que hay en ti, ese silencio que ocultan tus labios, todo lo que pensás pero no decís, todo lo que te preocupa, lo que te estresa, lo que te agobia, lo que te atemoriza y lo que te aterra, y que, cuando los cerrás, te perdés en esa oscuridad y te expresas con todo tu ser. 

Y entre risas y llantos, en una montaña rusa de emociones, entre ilusiones, esperanzas y decepción me preguntaste que me gustaba de ti, y ahí me quedé, atónito sin saber como decirte todo lo que cruzaba por mi mente en ese momento, porque ¿Cómo expresar que me gusta todo de ti?

Tu boca que ha probado dulces delicias y ásperas amargas, que ha sangrado, que ha lamentado, que ha perdonado y ha suplicado, que ha probado humos para reír, humos para llorar, humos para lamentar y humos para olvidar, tu boca que miente con tánta veracidad, que oculta secretos en sus historias y oculta historias en tus sentimientos.

Tus ojos de soledad que han visto tántas personas ir y venir, pero tan pocas quedarse, que han sido testigos y han ignorado tántas cosas, que han llorado y lamentado tántos sentimientos rotos, que se pierden en la nada trayendo recuerdos de lo que alguna vez fue e idealizando todo lo que pudo llegar a ser.

Tu piel, que esconde caricias, que esconde dolor, que lleva en sí marcada toda tu historia, que rememora la sensación de aquellas cálidas caricias y los dulces besos que una vez recibiste, así como la humedad de tus lágrimas y el ardor de las heridas.

Tu voz, que ríe tan alegremente, que en silencio pide a gritos por ayuda, que temblorosa habla sobre ti y expresa el dolor que abunda en tu interior, esa voz que es cruel contigo porque aprendió a repetirte mentiras que siempre te dijeron y poco a poco comenzaste a creerlas.

Y tu corazón, que siente y se restringe, pero incontrolable se pierde y se entrega a un nuevo sentimiento, efímero como un sueño, que arrasa y te devasta como un huracán. Ese corazón tuyo que aguarda el momento en que llegue esa persona "indicada" que pueda darte todo lo que siempre quisiste, que pueda entregarte todo ese cariño y afecto que mereces, que pueda demostrarte lo que realmente es el amor.

Y quizás pueda funcionar, ¿Sabes?. Quizás pueda enseñarte todas las cosas buenas que hay en la vida, quizás pueda opacar todos esos tristes recuerdos y llenarte de buenos momentos, demostrarte que hay personas que son buena compañía, con quienes puedes hablar, reír, cantar, decir tonterías sin parar y que al final del día tengas esa certeza de que es real, que nada malo ocurrirá y que esa persona jamás se irá...
Pero nuestros mundos son diferentes, yo tan puesto, vos tan regia, yo tan dispuesto, vos tan apuesta, yo tan serio, vos tan dispersa, y es esa desavenencia entre ambos lo que me trae tan loco, es lo que me hace no poder besarte lento, suave y romántico como te gustaría, y se me hace irresistible el desear más y más, que me desboca y me pierdo en tu escencia, en tu aroma, en tu calor, y sé que acabaré enamorándome, y también sé que acabaré sufriendo, porque tal vez sea quien te dé lo mejor, tal vez sea quien logre hacerte sanar, tal vez sea quien te haga feliz, tal vez sea quien te convenga, pero tal vez no seré a quien tu quieras, y aún así... Que lindo sería arruinarse con vos.

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