El comiezo de todo

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Era una tarde cálida de verano.

Estaba en mi habitación leyendo un libro, con música de fondo

Cuando veo que llega una notificación a mi móvil.

Agarro mi teléfono que estaba al otro lado de mi habitación y veo lo que dice el mensaje que acaba de llegar.

Sthepany: Hola Ben, ¿cómo estás?

Benjamín: Hola Stephany, estoy bien. ¿y tú?

Sthepany: Genial.

Benjamín: Vale, me alegro.

Sthepany: ¿Estás ocupado?

Benjamín: No, no lo estoy. ¿Por?

Sthepany: ¿Te gustaría venir a pasar un rato a mi casa?, Los chicos vendrán.

Benjamín: Si claro.

Sthepany: ¡Genial!, Te espero en mi casa a las 7:00pm

Benjamín: Vale, ahí estaré.

Voy al cuarto de baño a darme una ducha, al salir busco mi ropa de siempre y me la coloco.

Me veo en el espejo para ver si ya quedé, y veo que todo está bien

—Estás bello Ben.
–Me digo a mí mismo–

—Gracias Ben.
–Me respondo–

Vale, Creo que me estoy volviendo loco.

No te estás volviendo,Ya lo estás.

***

Ya en frente de la casa de Stephany, toco el timbre para poder entrar

Escucho unos pasos dirigiéndose a la puerta, y la misma se abre para luego ver a Stephany

—Hola Ben, no creí que vinieras, como siempre que te invito nunca vienes.–Me ofendió un poco la sorpresa pero lo dejaré pasar–

—Gracias por invitarme, ya me hacía falta salir.

—Entra, los demás llegarán en cualquier momento.
–lo dice en un tono serio pero la conozco demasiado como para saber qué está emocionada–

—Con permiso.

Al entrar veo que está la TV encendida –supongo que veremos una película– , hay algunas bolsas de papitas fritas, refrescos y palomitas de maíz en la mesa de madera  al  frente del sillón grande.

Cuando me estoy dejando caer en el sillón, escucho que suena el timbre

—Benjamín, ¿puedes abrir por favor?
–dice Stephany desde la cocina–

—Está bien.
–me escucho decir–

Abro la puerta y contemplo a Julietta la prima de Stephany, Daniel, e Isabella.

—Hola chicos, ¿cómo están?

Todos me dicen que están bien y me aparto para que entren.

todos toman asiento y Stephany sale de la cocina a saludar a nuestros amigos.

Me hago con una bolsa de papitas y empieza la película.

Una hora y cuarenta minutos más tarde Termina la dichosa película.

Todos se quedan viendo mi cara de disgusto.

—¿Que?, Lo siento pero no me gustan las películas de romance.
-digo a la defensiva-

—Que aburrido eres Ben
–dice Stephany–

—Pero se ve muy falsa, y no puedo creer que el chico siempre estuvo persiguiendo a la chica que pasaba de él.

Una Gran Obsesión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora