Cuerdas

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UNA MELODÍA FUGAZ
—De Keiner De León

Desde un inicio me di cuenta de que en la vida debemos esforzarnos por conseguir lo que queremos, me pregunté si acaso solo nacimos para ser engañados e ilusionados por personas.

Sé que no me entenderían pero quizás alguien logre comprender mi historia, que al final no la llamaría así porque más bien terminó siendo una anécdota de mi vida que jamás voy a olvidar. Bastará decir que soy Klein, un chico de tan solo 24 años que anhelaba con el alma encontrar a alguien con la cual tener una química peculiar, pero eso no viene al caso ahora ya que me gustaría contarles un poco de mí y de lo que ocurrió hace 4 años.

El amor por la música y la melodía de los instrumentos era lo que más me fascinaba en aquel entonces al igual que trabajar y esforzarme por salir adelante y ganar dinero para ayudar a mi familia. También el pasar horas y horas en mi hobbie favorito que era tocar la guitarra que me había regalado mi madre el día de mi cumpleaños numero 14, sin embargo aunque no era un experto tocando hacía todo lo posible por aprender más y más.

Un día en el cual todo parecía andar con normalidad mis padres me fueron arrebatados por un accidente automovilístico que los hizo perder la vida al instante.

Todo pasó tan de repente y de una manera tan extraña que hacía que me preguntara porque debía vivir eso si no lo merecía, igualmente no pude asimilar las cosas que pasaban en mi cabeza en ese entonces, sin más que hacer y en medio de tanta confusión me fui a vivir donde mis abuelos que muy amables me tendieron la mano. Mi mente cayó en una oscuridad profunda de la cual parecía que jamás iba a salir o al menos eso creía yo.

Todo iba tomando un camino tan incierto y dudoso que no sabía si rendirme o seguir luchando por mis sueños. Me acuerdo de todo aquello como si hubiera sido ayer, el querer estar en una presentación musical y tratar de transmitir los sentimientos del pasado era lo que más quería y sinceramente en mí vuelve esa nostalgia de querer volver a ver aquellas personas que te trataron bien y a las que no olvidarlas para siempre.

Todo se remonta a 4 años atrás cuando tenía tan solo 20 años de edad y en medio de ese colapso mental y tantas dudas con lo sucedido con mis padres en ese momento, sentí la necesidad de trabajar de mesero en un bar donde tomaba turnos nocturnos y que allí se realizaban diferentes presentaciones musicales maravillosas.

Siempre soñé con estar en una banda musical y así poder pararme en el escenario a transmitir lo mas profundo de mi ser, pero la triste realidad fue terminar atendiendo a los clientes en el bar sin tener oportunidad alguna.

Si mal no recuerdo fue un 10 de marzo en el que el día parecía ser normal y me disponía a trabajar, recuerdo que por las mesas escuchaba murmullos de que una invitada especial haría su primera presentación con un violín, todos hablaban de eso aquel día y en verdad me sentía muy intrigado por saber quien podría ser.

Después de un rato las luces del lugar se encendían y se apagaban y detrás del telón del escenario se notaba una silueta bastante particular que hacía que mis ganas por saber quién era aumentarán; al abrirse el telón la vi a ella por primera vez, una chica de más o menos mi misma edad con una cara angelical, una mirada achinada y ojos cafés, con un pelo tan lacio y negro que parecía una diosa frente a unos simples humanos sin talento.

Cuando comenzó tocó su violín de una manera tan sentimental que al momento de escuchar las cuerdas sonar sentías lo que ella quería transmitir mediante su melodía, la manera en como lo hacía dejaba a todos asombrados que incluso dejé desatendido mi trabajo por estar pendiente a su presentación.

Después de cierto tiempo escuchando tan melodioso sonido decidí querer ir a verla y felicitarla por el grandioso talento que la hacía tan especial, seguí atendiendo a los invitados y sin darme cuenta la había perdido de vista, inclusive la busqué por todo el lugar y todos me decían que se había marchado, fue como si un ángel divino llegase a darme un mensaje y luego irse, sin embargo no perdía las esperanzas de volver a ver aquella presentación que robo mi corazón y mis sentimientos.

Una Melodía FugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora