Capítulo 2: Rebelión de un Omega Dominante

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Desde que tengo memoria, siempre he sentido una conexión especial con la madre luna y todo lo que ella representa. Pero últimamente, he estado cuestionando si ella se equivocó conmigo. No es que no aprecie sus dones y bendiciones, pero hay algo en mí que se rebela contra el destino que parece haberme sido impuesto.

Soy un lobo de espíritu libre. Desde cachorro, siempre fui curioso y aventurero, nunca me conformé con seguir las reglas establecidas. En mi manada, era el lobo que siempre buscaba nuevas rutas de caza, desafiando las normas y explorando lugares prohibidos. Pero lo que más me ha preocupado últimamente es el hecho de que la madre luna me haya concedido la capacidad de tener cachorros.

Me di cuenta de que no encajaba en el estereotipo tradicional de un omega sumiso y deseoso de tener cachorros. No, yo era rebelde, dominante y nada dispuesto a dejarme someter por nadie. No me malinterpreten, admiro profundamente a los lobos por su valentía y dedicación para criar a los cachorros, pero simplemente no es lo que deseo para mi vida. Muchos de mis compañeros de la manada anhelan el momento en que encuentren una pareja y formen una familia. Pero para mí, esa idea solo me aterra.

Siempre me resistí a los roles de género impuestos por la sociedad. No entendía por qué debía ser sumiso y complaciente solo por ser un omega. Mi espíritu indomable no se conformaba con ser el "de abajo", siempre quería ser el que tenía el control, el que dirigía el rumbo de las cosas. A medida que crecí, mis deseos y anhelos se hicieron más fuertes. No solo rechazaba la idea de tener cachorros, sino que tampoco deseaba ser penetrado por nadie. Era algo que simplemente no podía aceptar. Mi cuerpo era mío y nadie más tenía derecho a profanarlo de esa manera.

Por supuesto, esto me trajo muchos problemas y conflictos en mi vida. Los alfas con los que me cruzaba no podían entender mi rechazo a sus avances. Me consideraban una rareza, un omega rebelde que desafiaba las normas establecidas.

A pesar de todo, siempre mantuve mi postura. No iba a permitir que nadie me hiciera sentir menos por ser quien era. Mi dominancia era una parte fundamental de mi ser y no estaba dispuesto a renunciar a ella por nadie.

Sin embargo, algo comenzó a cambiar dentro de mí. Comencé a sentir una profunda soledad, una necesidad de encontrar a alguien que me entendiera y aceptara tal y como era. Aunque me resistía a admitirlo, anhelaba encontrar a un compañero que compartiera mi rebeldía y dominancia.

Luego llego el...  Jungkook, un alfa puro que despertó algo en mí desde el primer momento en que lo vi. Su presencia era abrumadora y su aura de misterio me intrigaba. Nunca antes había sentido una atracción tan fuerte con alguien.

A medida que pasaba el tiempo me di cuenta de que nuestras diferencias eran abismales. Él era el líder, el alfa dominante que necesitaba a su lado a alguien sumiso y delicado, alguien dispuesto a cumplir su rol tradicional. Yo, por otro lado, no podría nunca encajar en ese molde.

Me atormentaba la idea de que nunca podría estar con él. Sabía que nuestros caminos estaban destinados a no estar juntos, porque nuestras naturalezas eran opuestas. Él necesitaba a alguien que se sometiera a sus deseos, alguien que le diera cachorros y se dejara proteger. Y yo nunca podría ser esa persona.

La tristeza se apoderaba de mí cada vez que pensaba en ello. A pesar de la intensidad de mi amor por Jungkook, sabía que nunca podría ser correspondido de la misma manera. Era un amor imposible, condenado desde el principio.

Observar desde lejos cómo Jungkook interactuaba con otros omegas me destrozaba por dentro. Ver cómo se entregaban a él sin reservas, cómo le daban todo lo que él necesitaba, me hacía sentir aún más fuera de lugar. ¿Por qué no podía ser yo el que estuviera en sus brazos, el que le diera todo lo que necesitaba?

Cada día que pasaba, me hundía más en la tristeza de esta situación. Mi amor por Jungkook era una carga pesada que llevaba conmigo, sabiendo que nunca podría ser correspondido de la forma en que deseaba. Me sentía solo, perdido en un mar de emociones contradictorias.

Entonces, me resigne a vivir en la tristeza de un amor imposible. Sabía que no podía cambiar mi esencia, mi rebeldía y mi dominancia, pero eso no hacía que el dolor fuera menos intenso. Seguía siendo un omega diferente, anhelando algo que sabía que nunca podría tener.

A veces me pregunto si la madre luna cometió un error al elegirme para ser parte de esta manada. Tal vez había un lobo más adecuado para el papel de ser sumiso y criar cachorros. Pero luego recuerdo que soy único en mi propio camino, y que ser rebelde no es algo malo. Quizás la madre luna tenía un propósito especial para mí, uno que aún no he descubierto.

Así que, aunque a veces me sienta confundido y cuestione mi propósito, estoy decidido a encontrar mi lugar en este mundo como un lobo rebelde y fiel a mí mismo. Aceptaré el desafío y seguiré buscando mi propio camino, con la esperanza de que algún día encuentre la paz en mi corazón y la respuesta a todas mis preguntas.


 Aceptaré el desafío y seguiré buscando mi propio camino, con la esperanza de que algún día encuentre la paz en mi corazón y la respuesta a todas mis preguntas

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⏰ Última actualización: Oct 11, 2023 ⏰

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