El lado soleado de la calle .

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"El lado soleado de la calle"
El Cuarteto de Nos - Porfiado

Cada mañana es igual para Cody Anderson, despertar e ir en camino a saber Dios donde. Sus zapatos de colores llamativos rozan la acera tibia por el sol, sus manos levemente bronceadas por el calor que ejerce la gran estrella del día.
Su sonrisa es totalmente familiar para cada vecino suyo, todos aquellos que caminan por el lado sombreado de aquella acera.

Se encoge de hombros como es habitual, mirando a los demás haciéndole señas de desaprobación por ir en aquel caluroso lado, aún así, no les da importancia.

Toma sus lentes negros y se los coloca cubriendo sus azulinos ojos, junto a ello se pone un par de auriculares inalambricos que compró hace bastante tiempo, y aún sirven.

En la pantalla caliente de su celular se abre una aplicación de canciones, busca alguna que sea la indicada para su caminata de la tarde, como siempre.

Quizás sea raro, es decir, cualquier persona estaría mejor en la sombra evitando el quemarse bajo el abrazador sol, pero para Anderson eso no es algo importante pues, su querida madre siempre le decía que no debía andar en la sombra. Estaba agradecido con ella por haberle enseñado tantas cosas desde pequeño.

Su mochila se siente pesadas, pues los libros de historia que debía llevar a clases aquel día eran realmente grandes, pero seguía dándole igual, estaba bien mientras sintiera el aire refrescante en su rostro, acompañado del cómodo sol al que conocía de memoria.

Al otro lado de la calle, donde hacia bastante sombra por una gran cantidad de árboles bonitos, pudo divisar a un chico desconocido. Totalmente contrario a él, además de caminar por la sombra, su ropa era muy común y parecía concentrado en su camino propio.

"Raro", pensó, haciéndose la idea de acompañar a aquel desconocido que parecía ir a la misma universidad que él, quizás, solo quizás, un amigo nuevo estaba en su camino. Sin apuro alguno cruzo la calle por la cebra peatonal, llegando al otro lado de la acera, bastante sombrio para su gusto, aunque aún había algo de su abrazador sol que calentaba cuando el aire frío se axedia.

– Hola. – Saludo el castaño, acomodando sus lentes de sol sobre su cabello tibio por el calor.

El chico que estaba a su lado no contesto, sin embargo, asintió ligeramente. Probablemente tenga muchos modales, o algo por el estilo, no importaba, Anderson estaba empeñado en hacerse amigo de aquel tipo, aún siquiera saber su nombre para cuando llegue el final de la soleada y a su vez sombría calle.

– ¿No me vas a decir tu nombre, o saludarle al menos, eh? – Replicó el mestizo, arqueando una ceja mientras volvía a colocarse sus lentes de sol, la estrella gigante le daba todos sus rayos en la cara, y por era tan agradable que digamos cuando intentaba socializar.

– Noah Sterecra. –

Respondió a secas el joven moreno. Cody estuvo bastante satisfecho con aquella repuesta, sacándole una ligera sonrisa más un brillo en los ojos, aunque claro, era cubierto por sus lentes oscuros para evitar el sol en los ojos.

– Genial, yo soy Cody Anderson, ¿cual es tu universidad?, a lo mejor vamos a la misma. –

A toda costa intentaba sacarle más palabras a ese muchacho sombrío, que a su vez, se le hacía bastante interesante, quería saber más de él.

Por otra parte, el moreno miro de arriba abajo a Cody, se hizo más al lado de la sombra dejando así un espacio a su lado, bajo la sombra de las verdes hojas de los árboles.

– ¿No te molesta el sol?, es decir, de seguro te has de estar quemando. –

Anderson río ante las palabras del moreno, solo negó con la cabeza para seguir caminando junto a él, uno por el lado sombrío y el otro por el lado soleado de la calle.

– Bueno, esque no quiero estar en la sombra, mi mamá decía que no debía andar por ahí, además, no toco el lado oscuro del sol. –

– El sol no tiene un lado oscuro... –

– Es lo que todos dicen, pero yo sé que si ha de tener al menos un lado oscurito. –

El oji-marron quedó desconcertado, aunque no era un tema que le importara, es decir. Un loco amante del sol, si, cosas normales, como un fanático de las estrellas o de algún curso equis, daba igual, mientras no le hiciera molestias.

– Bien, tú sigue por tu lado soleado de la acera o la calle, yo debo ir por otro camino para seguir en la cómoda y acogedora sombra. –

Dijo en voz alta el más alto, se despidió de Anderson con un movimiento de mano mientras cambiaba de calle pues la que seguís no tenía algún lugar con sombra.

"Sigue siendo raro." Pensó de nuevo el mestizo, riendo al haber logrado su cometido. A lo mejor la rutina de siempre podía cambiar a veces, vaya suerte le daba el ir por el lado soleado de la calle.

 A lo mejor la rutina de siempre podía cambiar a veces, vaya suerte le daba el ir por el lado soleado de la calle

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Aún no me convence del todo la escritura, pero de aquí en días veo si lo edito o algo jakdhajsj

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