cap3 (pensamientos pesados)

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Después del agotador día del candidato, era de esperarse que su humor no sería el mejor de todos en esos momento, al igual que en el caso de Bregman, que, en el camino a su casa, no paró de apretar el volante de su auto mientras soltaba insultos entre dientes hacía ya sabemos quién.

Bregman no tardó mucho en llegar del estudio dónde había sido la entrevista hasta su casa, unos veinte minutos aproximadamente, cosa que la relajó, en cambio, Milei, tardó unos 45 minutos entre tráfico y distancia, lo que no contribuyó con nada bueno a su ya pesado humor.

Ambos estaban agotados y furiosos, pero a su vez preocupados por como podía impactar en su campaña el comportamiento que habían tenido frente a las cámaras.

Al llegar a su casa, Miryam se dirigió directamente a su baño, entre arrastrones de pies y bostezos. Su teléfono no había dejado de sonar el el camino, pero decidió no verlo en ese momento, necesitaba enfriarse, estar tranquila y relajada.

Se desvistió lentamente y entró en la ducha, el agua tibia le ayudaba a calmar su cuerpo y destensar sus músculos. Su cuello le dolía y sus hombros le pesaban.

Mientras el agua caía sobre ella y su cabello se le pegaba en la cara, los pensamientos invadieron su cabeza.

"Dejá de generalizar a la gente, Bregman, admití que tenés algo conmigo."

Esas palabras resonaron en su cabeza por unos segundos, sus manos bajaron acariciando su cuello, mientras no paraba de recordar lo cerca que lo tuvo, como sintió su aliento en cada palabra y como sus ojos se clavaron en sus labios, porque sí, obviamente lo había notado.

"Loquita."

Sus ojos se abrieron de golpe, y todo el ambiente que se había creado entre sus pensamientos y el vapor desapareció en un instante.
Cerró la llave del agua y salió de la ducha, nuevamente tensa y enojada, como si no le hubiera servido de nada el momento de relajación que intentó tener.

-Pedazo de pelotudo-gruñó mientras agarró a tirones una toalla y la envolvió al rededor de su cuerpo-. "Loquita, loquita" loquita me vas a ver cuánto te agarre, pedazo de...Ahg, me das asco, Javier Milei, ¡Asco!

Salió del baño directo a su cuarto, y lo sabía, sabía que iba a estar pensando toda la noche, también sabía que debía responder mensajes, llamadas, quizás ver los memes en Twitter y aclarar las cosas, pero parecía no tener ánimos.

Pero ante todo, estaba su responsabilidad electoral, así que se tiró a la cama, tomó su computadora y comenzó a responder los mensajes y llamadas que tenía.

Iba a ser una noche larga para la doctora Bregman.

Mientras tanto, Milei, quién no tenía ni ganas de vivir, llegó a su casa y ni siquiera se tomó el tiempo de tomar una ducha, pasando directamente a su habitación.
Desaflojó su corbata con sus dedos y se tiró de espaldas a su cama. Su teléfono tampoco paraba de sonar, pero a él ni siquiera le preocupaba.

Respiró de manera continúa y cansada, tronó sus dedos, se acomodó de lado y nada de servía.

-Pero la puta madre, Javier, cálmate, cálmate-dijo para sí mismo mientras se desordenaba el pelo con sus manos.

"Doctora Bregman, para vos."

resonó esa voz, esa molesta pero adictiva voz otra vez en su cabeza.

Cerró los ojos y por unos segundos intentó recordar la sensación del fresco aliento de Miryam golpeando sus labios, cuando volvió a abrir los ojos, bajó una de sus manos hasta su pecho, y pudo allí tocar la textura rugosa que habían dejado los apretones y jalones de Miryam en su camisa.

Pensó muchas cosas, y solo podía mirar el techo, respirando con los labios entreabiertos y la cabeza en otra galaxia.

"Los hombrecitos como vos que solo saben gritar son los más débiles y cagones de todos."

Y así, el ambiente se rompió. La bronca volvió a invadir su cuerpo y se levantó de golpe, quitó a tirones su corbata, y de otro tirón aún más fuerte, se quitó la camisa y la arrojó a la cama.

-¡Zurda de mierda!-gruñó, se tiró a la cama y gritó contra la almohada.

Ambos lo sabían, no era el problema lo que había pasado en la entrevista, sino como se les había movido el suelo a los dos ante aquel encontronazo.
Les molestaba pensar uno en el otro, y les molestaba no poder tener el control de aquellos pensamientos tan pesados para ambos.

Sin embargo, uno de ellos, decidió dejarse llevar por aquellos pensamientos, se imaginó millones de escenarios en su cabeza, algunos demaciado íntimos, pero no trató de contenerse ni de callar sus pensamientos, dejándose caer dormido mientras pensaba en el otro.

Ambos tenían claro que esto desataría algo mayor, algo que no sabían si podían controlar, pero por el momento solo necesitaban descansar, después de todo, eran humanos, después de todo, sentían. Así que solo decidieron guardar silencio por esa noche.

Sin saber lo que se les venía encima.








SE PICÓ Y NO ES CEBOLLA, jajajaja, espero que les halla gustado.
Este fué un capítulo bastante corto, comparado con los anteriores, pero me gustó.

Soy bastante rápida escribiendo, como verán, así que no pasará mucho hasta próximo capítulo (si es que no lo subo hoy). Besos🤍.



Perfecto Ambidiestro [MILEI & BREGMAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora