cold dessert ;; GoToji +18 [jjk]

only one

— smxraly

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↓  can you suck it?  ↓

╰➤ Hacía calor, un calor endemoniado que lo hacía sudar a mares, como si estuviera metido en un puto sauna lleno de vapor, que mojaba suavemente los delgados cabellos negros nacientes en su nuca y formaba pequeñas gotas transparentes llenas de su esencia salada, mismas que se deslizaban lentamente por su cuello fuerte y níveo, dejándolo sudoroso y brillante, mojando deliciosamente la camiseta negra de compresión que llevaba puesta y que ya era tan típica en su clóset, haciéndola casi una segunda piel obscenamente aferrada a su pecho tierno y esponjoso, perfectamente tallado y esculpido.

Tenía tanto calor.

La débil corriente de aire que el ventilador de aspas le proporcionaba era tan pobre y mediocre que apenas lograba mover algunos de los gruesos mechones de cabello que caían sobre su frente. En todo caso, en lugar de refrescarlo correctamente como se supone que debería de hacer, hacía que todo su cuerpo se sintiera mucho más caliente, afiebrado y casi desesperado, necesitando algo frío. El aire acondicionado había dejado de funcionar en la peor epoca del año debido una falla en los filtros y Toji se sintió devastado, tan desafortunado, como el tipo con la peor suerte del mundo -incluso si eso remotamente podría considerarse mala suerte-, no se cree capaz de poder soportar el horrible clima y la estúpida humedad por mucho tiempo más.

Siente la muñeca derecha de su mano completamente adolorida por el constante movimiento del abanico entre sus dedos, y ahora todo a su alrededor lo percibe tan molesto, como si se repente fuera más sensible a los estímulos; desde el sonido de la calle, la estúpida voz que viene del televisor, hasta el constante goteo del grifo de la cocina. Se siente como un mocoso caprichoso en plena adolescencia incapaz de tolerar cualquier cosa por más mínima que fuese, o en su lugar, como una chica desahuciada en el apogeo de sus días rojos del mes, esos en los que se retuercen y lloran por mimos que no vendrán de nadie si es que no tienen quién se los dé.

Nada es suficiente para apaciguarlo.

Toji es, y siempre ha sido un hombre mental, que no permite que las circunstancias afecten su estado de ánimo por más duras que sean las condiciones, pero justo ahora, empapado en sudor salado, con un calor sofocante y sintiéndose malhumorado hasta los huesos, quiere gemir de pura frustración, desea que el calor lo abandone de una buena vez, que salga de su cuerpo en pequeñas ráfagas y desaparezca sin dejar rastro.

¿Acaso no hay nada que lo alivie?

Toji se queja, tan infantil que incluso él mismo se molesta con su propia actitud, pero el calor lo hace caprichoso y justo ahora no tiene el tiempo ni las ganas para juzgarse a sí mismo. Con su mano izquierda limpia el sudor pegajoso de su nuca, sintiendo la piel caliente y húmeda, probablemente enrojecida por el terrible calor. Sus mejillas no están muy lejos de ser la misma mancha roja.