Capítulo 1: Desde aquel día...

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Era un día normal en el supermercado, había lluvia afuera. Estaba haciendo mis compras, como cada semana, iba metida en mis pensamientos, cuando, de repente, vi a una figura imponente al fondo del pasillo de limpieza, al inicio, no lo reconocí, pese a lo hermoso que era, estaba concentrada en como debería limpiar la casa, la tarea más aburrida y latosa de todas.

Me empecé a deprimir, ¿Cómo limpiaré la casa? ¿Qué productos usaré?, me sentías una tonta inutil. El hombre se me acercó, pude verlo bien, era él, Mister Músculo, con su bella y azul cabellera, sus encantadores lentes y esa bata blanca, iba de naranjo y se resaltaban sus músculos bien definidos.

-¿Qué te pasa?

-Nada, solo estaba pensando-dije nerviosa- ¿eres Mister Músculo?". Él me miró, y sus ojos se encontraron con los míos. "Sí, soy yo. ¿Necesitas ayuda para limpiar algo?" respondió con una sonrisa.

Formó una sonrisa en mi rostro, le dije que no, que solo quería saber si era él, le agradecí por haberme consolado y le pedí ayuda para llevar mis cosas al auto, no eran muchas pero con la lluvia y el paraguas no quería que se mojaran, me ofreció compartir paraguas hasta el auto, al inicio me avergoncé, estábamos tan cerca, que podía sentir su respiración.

Le pregunté si nos podíamos juntar en otra ocasión, Me dijo que sí pero que tendría que ser en un lugar privado, ya que él es toda una celebridad y no quería que los paparazis y sus muchas fanáticas nos acosaran.

Al día siguiente nos juntamos en el motel de la esquina, -Wow, es sorprendente que nos consiguieras una habitación gratis. Le dije asombrada.

-Si, verás, tengo un tratado con las empleadas de limpieza, ellas prefieren mis productos por su calidad superior, así limpian menos y viven más.

Así pasaron las horas mientras hablábamos de todo, desde nuestros productos de limpieza favoritos hasta nuestros sueños y aspiraciones. Me sorprendí al darme cuenta de que había algo más en Mister Músculo que solo músculos y limpieza, cómo creía al inicio, teníamos varias cosas en común, cuando le comenté que me sentía distinta a las otras chicas él me dijo que también le pasaba, que no nos sentimos cómodos en medio de la sociedad, donde siempre nos miran raro.

Se volvió una costumbre reunirnos todos los sábados a limpiar mi casa, pese a ser tan famoso y millonario, parecía alguien normal.

-Limpiamos toda la casa sin dejar ni una sola gota de Mister Músculo que no sea, ¿QUÉ ES ESOOOOO?

Dijo señalando una gota que se había derramado al piso.

-¡Ay! Me asustaste.

-No hay que desperdiciar los productos, amor.

-¿Qué?¿Cómo me llamaste?

-Pe-pe perdón, me confundí, amiga, quise decir amiga, digo siento amor por tí, pe-pero no de esa forma, bueno, si tu quieres, ¿sabes qué?, olvida lo que acaba de pasar.

Estaba en shock, el hombre de mis sueños se me había declarado, bueno técnicamente, finalmente, reuní el valor para hacer la pregunta que había estado en mi mente todo este tiempo. "Mister Músculo, ¿te gustaría pololear conmigo?" pregunté, muy nerviosa.

Mister Músculo se quedó en silencio por un momento, luego sonrió y dijo: "Pensé que nunca lo dirías."

Y así, en el pasillo de limpieza de un supermercado, comenzó mi vida con Mister Músculo. A partir de ese día, cada limpieza no era solo una tarea, sino un recordatorio del amor que compartíamos

Y vivimos felices y limpios para siempre... verdad?

Continuará (?)

Amor en tiempos de limpieza (Mr músculo y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora