El mejor del mundo

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Oh, doble copa de lirio blanco que emerge del centro,

cuán rápido o lento o en viento o en fresco

he de ser para cumplir mi misión divina,

sin importar entrar raso, escuadra o en la esquina

de tu puerta celestial tan fina.

Así custodie mi vista la lluvia o el sol,

así el corazón de los míos sea envenenado,

en recámara mágica, en la calle, en el estadio,

el futuro grabará en piedra las proezas de mi gol.



Cánticos ReminiscentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora