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Era una noche como cualquier otra: lluvia, el asqueroso aroma de las alcantarillas colándose por todos lados, perros tristes y solitarios refugiándose bajo el más mínimo techado y un solitario omega que, cabizbajo, caminaba con prisa para cruzar las quince cuadras que separaban su tétrico y solitario apartamento de la universidad.

-Vaya día de mierda. Saqué cinco en estadística, mi comida se cayó al piso, Jimin me dejó plantado por ir con su novio y mi celo está retrasado desde hace una semana -masculló Taehyung mientras se encogía cada vez más, refugiándose de la lluvia torrencial, que lo único que hacía era empeorar a cada momento.

Iba a cruzar la calle cuando un auto pasó frente a él a toda velocidad, empapandolo con agua sucia, provocando que sus converse, antes blancos, se ensuciaran mucho más.

-¡Ahj! ¡Lo que faltaba! -bufó con molestia -, esto no puede ponerse peor.

Y como si el universo se apiadara de él y su terrible suerte, el aroma a chocolate caliente y pan recién horneado llenó sus fosas nasales, haciendo a su estómago rugir con fuerza.

Había estado caminando toda la semana para ahorrar el dinero del transporte, por supuesto que podía permitirse un chocolate caliente.

Ya sin cuidado de ensuciarse, Taehyung cruzó la calle a toda prisa, siguiendo el rastro que su nariz le indicaba para llegar hasta el pequeño local que desprendía tan maravillosos aromas.

-Buenas noches mi niño ¿Gustas un chocolate caliente? -una anciana de rostro amable y cabello de algodón le sonrió al rubio desde atrás de un mostrador mientras acomodaba el pan que aún humeaba después de sacarlo de la charola.

-Claro, pero me temo que le ensuciaré el piso si entro -se disculpó el omega, aún parado en la entrada del lugar.

-No te fijes en eso, el agua se limpia, pero tú vas a resfriarte. Entra y toma algo caliente. -Taehyung dudó un segundo, pero una helada ráfaga de viento colándose por su espalda lo hizo dar el par de pasos que le faltaban, sintiendo el cambio de temperatura como algo sumamente reconfortante.

"Al salir de aquí voy a congelarme" Pensó mientras intentaba secarse los pies en el tapete de la entrada.

La mujer rápidamente le sirvió una taza humeante y a rebosar, provocando que la boca de Taehyung se hiciera agua al instante.

-¿Te apetece un croissant? -Taehyung asintió mientras se sentaba sobre la madera de la rústica banca, saboreando el dulce y espeso líquido frente a él.

La mujer desapareció detrás del mostrador por un momento, volviendo con un esponjoso y apetitoso pan.

-Te ves cansado, la casa invita este.

Taehyung abrió los ojos con sorpresa, recibiendo una enorme y cálida sonrisa de parte de la mujer.

Sin demora, el omega comenzó a comer de aquél delicioso manjar. Estaba por terminar el último bocado de pan cuando la campanilla de la entrada tintineó, dejando pasar a un grupo de hombres.

El lobo de Taehyung despertó al instante, poniéndose en completa guardia al percibir el aroma de un par de alfas y un omega.

-Miren eso, pero si es el favorito de Jeon. ¿Qué pasa omeguita? ¿Te dolió cuando te reprobaron a pesar de haber abierto esas bonitas piernas?

-Que pienses que mis piernas son bonitas me halaga Namjoon -respondió él, intentando comer con normalidad e ignorar el gruñido que su lobo les dirigió a los recién llegados-. Pero me intriga más el saber qué sentiste tú cuando ni siquiera a ti te aprobaron. No creo que le hayas abierto las piernas a Jeon, eso no iría contigo.