𝗦𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁 ; 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇

Chapter 04

Pov's Bella

— ¡Bella!

Por Dios, ¿Quién me está llamando? Acaso, ¿Los angeles ya vinieron por mí? Sí es que son angeles. 

— ¡Bella levantate!- aquella voz femenina vuelve a resonar.

Pero solamente es mi mamá haciendo el rol de despertador. Me estiro junto a un bostezo y froto mis ojos, sentandome en la cama. Mi madre aparece en el marco de la puerta con los brazos cruzados, que miedo.

— ¿Ya se despertó la bella durmiente? - ríe y levanta levemente una ceja.— Preparate, iremos a un restaurante a comer.- vuelve a cerrar la puerta, desapareciendo por completo. 

Estoy un poco confundida, ¿Hoy no tenía clases? Agarro mi celular y no, hoy es sábado. Por fín descanse como se debe. Me levanté de mi cama y fuí al baño a hacerme mi super trabajada rutina de skincare; un puto jabon con tres pelos y agua. No sé que demonios sucede con el jabón para que siempre tenga al menos un cabello. 

Abro la llave de agua y mojo mi hermosa carita, y me lavo con agüita y jabón como Pim Pom; por Dios, que infantil de mierda que soy. Peino mi cabello y salgo del baño y elijo la ropa que me pondré y tengo un gran problema. No sé que ponerme, tengo muchas cosas pero a la vez no tengo nada. Por los angeles, ayudenme.

Luedo de estar buscando y pensando por unos largos minutos finalmente me decidí por unos shorts de mezclilla y una camiseta negra algo pegada al cuerpo, algo más o menos parecido a un top, creo. Bajo las escaleras y veo a mis padres y a mi hermana.

— ¡Hasta que por fin apareces! Vamos, sal afuera y súbete al auto.- me dice mi papá mientras abre la puerta y sale. Yo solo me limito a rodar los ojos y hacerle caso, porqué sino me pegan.

Subo al auto y los demás también. Mi papá comienza a manejar durante unos minutos y saco algún tema de conversación, porqué sino moriré de aburrimiento.

— ¿A que restaurante iremos?

— Se llama "Il diavolo"; allí venden de todo tipo de comida, pero su especialidad es la italiana.- responde mi madre.

— Que nombre más curioso, ¿no? Suena elegante y refinado.- esta vez suena la voz de mi papá, mientras dobla una calle.

— Si, además de que la comida allí tiene muy buenas reseñas, no es tan costosa.- mi mamá se desabrocha el cinturon para bajarse.

Yo solo asiento y miro por la ventana, y si, ya habíamos llegado. Imito la acción de mi progenitora y bajamos todos del auto, caminamos a la puerta del dichoso restaurante. El establecimiento se veía muy elegante; cuando entramos hacia el lugar había muchas personas, y la mayoría se veían con clase, algo que me sorprendió sabiendo que no es tan costoso. Elegimos una mesa y nos sentamos. Mientras mi familia habla entre sí yo solo examino el lugar sin saber que hacer, ya que sus conversaciones son de política o cosas así y aburridas. Busco con la vista al mesero, lo veo y le indico que acerque. 

Mi familia ordena primero y luego yo. — Hola, me gustaría ordenar pasta, por favor.- el mozo asiente, anota en su libretita y se retira. Y no puedo creer lo que estoy viendo, la puta más puta de las putas, ¡Ava Robinson! La típica niñita engreída y berrinchuda, rubiecita y adinerada; y parece estar con alguien... no, no, no... ¡Me niego a creerlo! A su lado se ve un muchacho de piel blanca y cabello negro que parece tener rastas, ¿¡Que hace Bill aquí!? ¿¡Y con Ava!?

Debo advertirle que no le conviene esa chica engreída. Le susurro a mi madre que ya vuelvo y me levanto de mi silla. Empiezo a dirigirme hacia ellos y me paro en frente. Ava me mira con desagrado y habla.