[Foreword]

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[La protagonista se llama Reiko, pero puedes fingir que dice ___ y poner tu nombre, además que no te preocupes si tú persona tiene inseguridades, Niragi va a estar obligado a quererte por el poder del guión. Y antes de que se me olvide si a ti te incomoda las escenas de violaciones o cosas sexuales te recomiendo que te saltes esas partes incómodas para que disfrutes lo demás, y la portada obviamente no es mía, para no causar problemas.]

Alicia en el país de las maravillas, claramente es el tierno cuento de una niña pequeña que viaja a otro mundo por culpa de una caída y ahí participa en sucesos inocentes, pero importantes. Pero en este cuento, Alicia no viaja a un mundo rodeado de maravillas, sino a un mundo macabro con juegos peligrosamente mortales con sucesos horripilantes.

¡Biip Biip, Biip!

– Mhmm...~ Mierda... – Miré mi alrededor mientras apagaba la alarma de mi teléfono de mala gana, pero sentí unos brazos rodeandome la cintura junto con un aliento en mi cuello. Miré por encima de mi hombro y era Ame, mi jefa. Ella era una chica con el cabello azabache y ojos castaños, aunque era de una tez morena, lo cual solo la hacía ver más sexy. Solté una risita mientras aprovechaba de que ambas no teníamos ropa ya que estaba en el piso y me deslicé entre las sábanas para enterrar mi cara en su pecho. Sentí que mi jefa abría un ojo y me miraba con esa linda cara somnolienta mientras trataba de procesar todo lo que iba a hacer, poniendo una mano en mi cabello, acariciandolo suavemente, y yo como buena trabajadora comencé a dejar un rastro de besos en uno de sus senos, llegando a los pezones y comenzar a chuparlo suavemente mientras comenzaba a acariciarle su abdomen con gentileza. Ame soltó un jadeo antes de soltar un par de gemidos en voz baja, pero después de unos segundos algo pasó. Abrió los ojos bastante sorprendida y me apartó de un empujón, haciendo que ahora estuviera casi fuera de la cama, lo cual hizo que la mirara con extrañeza. –

– ¡¡Es mi aniversario con mi esposo, lo siento, Rei...!! – Dijo en un nervioso tono exaltada mientras se comenzaba a ponerse la ropa rápidamente. Si, soy una amante aquí, lastimosamente, pero eso no me hace la mala o la villana de éste cuento de romance lésbico ya que solo quiero que ella me tenga a mi o a su esposo, pero ya no quiero estar a escondidas porque ya estamos saliendo por casi cuatro años, aunque yo entré a su vida antes de trabajar la cafetería de ella por mis estudios porque ella era la mejor amiga de mi padre, el cual siempre está en casa por dos semanas al año por su trabajo. Con tan sólo pensar en que ella está casada me daban ganas de no volver a verla más porque sentía que estaba estorbando en su matrimonio. Antes de decir algo ella ya se había ido, lo cual me hizo mirarme las manos, sentandome en el cama. –

– Nos vemos, mi niña... – Hablé en un suave tono serio y apenado mientras daba un resoplido antes de levantarme. Me levanté y me acerqué a mi armario, poniéndome mi ropa interior con encaje, una camisa blanca sin mangas, una falda negra, unas medias con malla y encima una sudadera gris. Hice otras cosas como cepillar mi pelo, mis dientes y lavarme la cara después para ponerme lápiz labial ya que no sabía como maquillarme bien completamente porque si lo hacía de seguro parecía un payaso, ponerme desodorante y perfume. Agarré mi teléfono y lo encendí, mirando las pocas notificaciones que tenía hasta que miré algo «Cumpleaños de Momo, notificación del calendario». Puse los ojos en blanco, claramente se me había olvidado el cumpleaños de esa zorra. Solté un fuerte suspiro antes de acercarme a la salida y agarrar una pequeña mochila y comenzar a irme a la casa de Momo, mi mamá. No tenía ganas de ver a esa zorra, pero tenía que ir así que agarré mis llaves y me fui, sin antes de agarrar un cutter por si tengo que utilizarlo en defensa propia. –

– Estaba caminando con la cabeza en alto mientras traía una expresión sería, aunque cuando iba caminando pasé al frente de un chico el cual se me quedó mirando fijamente con desinterés, tenía el cabello amarrado y traía unos piercing, pero no le di mucha importancia y seguí con mi camino hacia la estación del metro, pero a unos cuantos metros cerca de mi había un par de chicos haciendo un escándalo;un chico arriba de los hombros de un chico rubio mientras el otro solo grababa, que vergüenza, aunque me limité a sonreír porque sabía perfectamente que se iban a meter en problemas. Ignoré todo mi alrededor eso y me fui por otro camino, sin saber lo que pasó después ya que solo estaba en mi mundo. Cuando llegué a mi casa o mejor dicho;la casa de mi infancia, noté algo; La casa estaba llena de enredaderas como si fuese algo abandonado y las luces estan apagadas, ¿salieron a un sitio y no me avisaron? ¿Momo seguía preocupandose de su aspecto asqueroso que de su casa?. Tenía que descubrirlo por mi misma. Moví con el pie un macetero que había allí ya que ni muerta me iba a ensuciar las manos con algo polvoriento y agarré la llaves que estaban un poco oxidadas por la culpa del agua de lluvia que a veces se metía debajo del macetero y mojaba la llave. Puse la llave en el cerrojo y abrí la puerta. Todo era silencioso, especialmente fuera. Me quedé callada cuando noté una nota en la mesa junto con un poco de sangre. Me quedé callada y caminé más adentro, hasta que cuando más me acercaba salía un olor putrefacto mezclado con el olor fuerte a hierro o metal, pero cuando me acerqué más encontré un cadáver, me desilusioné al ver que no era mi madre, sino un gran perro de raza pitbull, levanté mi visita y vi una ventana rota, allí encontré una respuesta ya que mi madre era alérgica a los perros. Di un fuerte suspiro y agarré la nota que había y la leí «Reiko, me fui donde tu tía por un año, cuídame la casa». Me quedé pensando, aquí no decía que era obligatorio y muchos menos pidió un por favor, así que simplemente me di la vuelta y me fui por donde vine, pero me daba flojera irme caminando así que quise llamar a un Uber y saqué el teléfono, pero me di cuenta que no había señal «Que suerte...» Murmuré con ironía y cuando iba a guardar mi teléfono, pero me sobresalté cuando escuché un fuego artificial, eran las seis de la tarde, ¿por qué tan temprano?, me cuestioné, pero también se me vino por la mente sobre la iluminación del vecindario, talvez había un poco de iluminación como para observar un poco, pero todo estaba oscuro. Miré a mi alrededor mientras me cruzaba de brazos y comenzaba a pensar mi vida, pero con el ruido de los fuegos artificiales solo me limité a pensar en una cosa. –

Mentalmente inestables [Suguru Niragi x ___/oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora