II

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Después de unos minutos caminado, por fin había llegado a mi casa. Mis padres no estaban por ende tenía tiempo de estar con Jimin a solas, bueno... No hace falta decir para qué.

Unos cuantos pasos de la valla que separaba el pequeño jardín, Jimin paro en seco. Me gire hacia él, elevando una ceja.

— ¿Pensabas que no me enteraría de tu "estrategia"? - dijo, mientras hacía comillas con sus dedos y su sonrisa burlona incrementaba más -

— ¿Cómo lo supiste?

Jimin río antes de empujar la pequeña puerta de la valla. Tomo en un puño mi camisa y jalo de mi hacia su cuerpo.

— Digamos que te escuché mientras conversaban tú y Mingyu - susurro - ¿Sabes? Me molestaba que estuvieras siempre pegado a tu amigo, ahora comprendo por qué.

Sus labios rozaron los míos. Era una maldita tentación, sabía que lo hacía porque era una maldita debilidad mía, muchas veces le decía que sus labios son lindos, tantas veces me perdía viendolos y tenerlos así de cerca era una debilidad para mí.

Sin pensarlo más estampe mis labios con los suyos, un sueño que estaba cumpliendo.

Su lengua pidió permiso para entrar y explorar mi boca, sin chistar accedí a su permiso, un toque de menta y frambuesa es lo que sabía, profundizando más aquel beso, tomé a Jimin de la cintura pegando nuestros cuerpos, un gemido ahogado de Jimin hizo que algo dentro de mi cuerpo se calentará.

No queriendo, me separé rompiendo aquel fogoso beso. Juntando nuestras frentes y con la respiración agitada hablé.

— Deberíamos entrar y poner en marcha mi "plan C"

— ¿A sí? - sonrió - ¿Y cuál es?

— Hacerte mío - susurré - mi plan era hacerlo en la escuela, excitarte mientras estábamos en clases, irnos a detención y joderte en el aula - dije mientras dejaba un mechón de cabello detrás de su oreja - pero dado las consecuencias te puedo hacer mío en todas partes de la casa.

— ¡Jodido pervertido, Jeon Jungkook! - golpeó mi pecho, mientras un bonito tono carmesí aparecía en sus mejillas -

— Si es contigo, no tengo por qué avergonzarme de ello.

Tome su mano nuevamente, mientras nos dirigíamos a la puerta principal. Ingresé la llave, una vez que la puerta se abrió, le cedí el paso a Jimin, este entró meneando las caderas, un segundo después mi palma había impactado en una de sus nalgas.

Volteo sobre su hombro, con una sonrisa triunfadora cerré la puerta.

Dejé nuestras mochilas en la entrada.

Jimin empezó a examinar los cuadros de la estantería, tomo una foto en sus manos y sonrió mientras paseaba sus dedos por la foto.

— ¿Cuántos años teníamos cuando nos tomaron está fotografía? - preguntó - ¿Doce, trece tal vez?

— Catorce y doce, exactos - dije mientras me posaba detrás de él abrazando sus caderas y recargando mi mentón en su hombro.

— ¿Quién lo diría? - susurro - ocho años después serás tú quien me folle.

Dejo el cuadro en su lugar para girarse hacia mí, sus brazos descansaron alrededor de mi cuello.

— Cumple lo que me dijiste, hazme tuyo jungkook-ssi.

Sus labios se unieron nuevamente con los míos, un beso tranquilo que pronto se volvería más intenso.

El calor de nuestros cuerpos incrementaba en cada roce que hacíamos. Las pequeñas manos traviesas de Jimin se dirigieron a la bragueta de mi pantalón, y pronto bajo la cremallera.

FRIENDS? ➜ T.S • KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora