Capitulo veinticuatro

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Intenté regular mi respiración.
Mire a Luzu que frunció el cejo, al parecer había recordado algo.

—Te corriste.

Dijo Luzu, mirándome de nuevo con indiferencia pero está vez muy serio.

—Teniamos un trato... — Dijo, quitando las esposas de mis manos.

Uno, de corres y no te follo hasta que yo quiera, Dos, te corres pero te follo hasta la madrugada.

Es cierto.

Las esposas ya no estaban amarradas a mis muñecas.
Iba a caer al suelo pero él me sostuvo. Me cargo en sus brazos.

—Pero Luzu...

—Pero nada.

Me llevo al baño donde me dejó sentado encima de la taza en el retrete, abrió la llave del jacuzzi, este comenzó a llenarse de agua.

—Yo... No pude controlarme.

—Esta bien, pero soy alguien de palabra, lo sabes Quacks...— Exclamó ahora con un tono suave. —...Así que ya cállate.

¿Cómo pude ser tan tonto?, Lo sabía, él lo dijo y aún así apesar de haber escogido la segunda opción no la pude cumplir. ¿Me sentía mal? Si y no. Si porqué aunque lo disfruté, necesitaba más de él y, No porqué lo disfruté aún así.

Me quedé mirando el suelo cuando él me habló, en el jacuzzi había ahora burbujas. Se acercó rápido a mi y me volvió a cargar.

Mis muslos dolían, mi trasero también. Me metió al agua que era caliente, sentía mucho alivio en mis zonas por el agua, suspiré aliviado y recargue mi cabeza, acomodandome bien y cerrando los ojos.

Pronto él se metió conmigo.

Me miró con egocentrismo y se sentó justo enfrente mío.
No despegue mi mirada nunca de él, lo seguía en cada movimiento hasta que estaba junto a mi.

Recargó sus dos brazos a los costados del jacuzzi, realmente me hacía pensar en que nunca note lo egocéntrico que era. Me miraba detalladamente. Pude notar como formaba una galaxia mirando y conectando cada uno de mis lunares. Lo mire sumiso y el guió sus ojos a los míos, no pude aguantar mantener el contacto visual cuando sentí como de nuevo lo necesitaba y era en vano al saber que no me lo daría por mi mal comportamiento así que aparte mi mirada de sus ojos y la dirigí a mis manos que estaban hechas bolita sobre mi regazo, por debajo del agua.
Escuché una risa llena de arrogancia por su parte, éste no es Luzu, no es mi Luzu.

—Nunca te lo dicho pero me encanta eso. —Hablo Luzu, interrumpiendo mis pensamientos.

—¿Qué?

—Que seas tan sumiso. Me mata por completo.

Fruncí el cejo.

(...)

Era de mañana, la luz que entraba por la ventana y el delicioso olor a galletas hizo que mis cinco sentidos despertaran.

Galletas, olía a galletas con chispas de chocolate.

Estaba a punto de levantarme de un brinco pero me fue imposible por el dolor extremo que tenía en todo el cuerpo. Gemí cuando me senté en la cama e hice un puchero al no poder levantarme. Había olvidado la aventura de anoche.

Mientras gruñía maldiciones por no poder ponerme de pie una risita de por medio me interrumpió.

Luzu entró con una bandeja, una bandeja de galletas con chispas de chocolate en un plato de cristal colocadas perfectamente, una taza de cafe al lado del plato y un pequeño florero en el que apenas cabía la flor que estaba en el, una margarita.

Él se iba acercando a mi con cuidado de no derramar café o tirar al suelo las galletas.

Una vez frente a mi, colocó la bandeja entre mis muslos. Había una pequeña nota de servilleta en la que había escrito con un lapicero, apenas se notaban las letras pero al menos era visible. Sonreí cuando Luzu me acarició el cabello.

¿Por qué ahora es dulce? Ayer fue todo lo contrario.

Tomé la notita entre mis manos y la comencé a leer.

Luzu:

Sabes que eres lo más preciado que tengo en mi vida. Espero nunca te vayas de ella. Quiero que seas la persona que esté conmigo hasta el día de mi muerte.

Quackity, Te amo.

pd: Toma las galletas como recompensa.

Este es el tipo de detalles que hacen que el día empiece con el pie derecho.

Iba a preguntar la razón de su "recompensa" pero antes de poder hacerlo, simplemente retiró su mano de mi cabello, se dió la media vuelta y salió de la habitación.

No sé que pasó anoche desde la ducha. Supongo que caí rendido mientras estábamos en el jacuzzi, sé que no hizo nada más con mi cuerpo porqué aparte de que no sería capaz de hacerlo mientras yo no esté completamente cuerdo, había una toalla en un banco del lado de mi mesa de noche y encima un secador de pelo. Puedo deducir que me seco el pelo con el secador y simplemente me puso de pijama lo primero que vio en su guardarropa, pues amanecí con nada más que una sudadera suya y unos boxers negros, también suyos.

No me preocupe de nada más, ni de su comportamiento anoche o como lo es ahora, simplemente me concentre en el delicioso olor que desprendían las galletas de chispas de chocolates junto con el caliente café. Tomé una galleta y la remoje en el café, la acerqué a mi boca antes de que cayera un pedazo de porción en las sábanas o en mi.

¡Por dios, están riquísimas!

Gemí por la lluvia de sabores en mi boca, Vainilla, Chocolate, Café, Fermonas...

¿¡Fermonas!?


¿¡Quiere acaso amárrame a él!?

—¡Luzu!

(...)

Perdón pq esté tan corto.

La redacción cambio en este capítulo.

¿Que creen que quiere hacer Luzu?

¿Un amarre?

Nos vemos!

Mi lindo pato (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora