¿Sigues aquí?

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Solo tú.
Solamente tú, mi chico.
Mi mente repetía mil veces Dark Red, el sentimiento de soledad me abrazaba en las noches y su fantasma me daba un beso haciéndome recordar que sentir aleja lo unilateral.
Al borde de mi cama está de nuevo, cada noche me visita, con su sonrisa de picardía y su ropa negra de siempre.
—Volvamos.
Sonreí, porque pensé en toda esa adrenalina que sentía mi corazón cuando estaba con él, o mejor dicho, cuando mi corazón se juntaba junto con el suyo y hacían un boom.
Pensé en todas esas posibilidades, en todas esas sonrisas que se quedaron con él, con lo que se llevó de mí, incluyendo mi felicidad de cierto modo.
Incluso pensé en el día que lo conocí, en la noche más brillante llena de fugacidad. Pensé en el final feliz, pero la felicidad había salido por esa puerta hace unos meses dejándonos sin nada más que recibir.
—Auf Widersehen.
Ese adiós que siempre decía, pero nunca cumplía, al fin y al cabo sólo me visitaba su fantasma, ese pensamiento indeciso de siempre. Pero la respuesta estaba ahí, no podía volver más que solo en mi mente donde todo si podía resultar bien.

Mis escritosWhere stories live. Discover now