Final feliz

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Te importaron tan poco mis defectos y malas actitudes, que no fue problema abrirte las puertas, dándote paso para caminar a ojos ciegos dentro de mi corazón latente.

Tu sonrisa me hizo recordar lo brillante de la vida y tu inquebrantable optimismo me hizo ver la luz cuando estuve perdido en lo más profundo de un abismo.

Me había tragado un agujero negro y me arrojó en un punto muerto.
De alguna manera, llegaste hasta mi cuerpo perdido y congelado, logrando descongelar el alma atrapada en mi pecho.
Terminaste por devolverme a la vida.

Fue como juntar dos imanes de cargas contrarias, así de fuerte y simple es nuestra unión. Lamento si me puse un poco técnico con este ejemplo,
sé que te aburre.
O al menos eso me das a entender cada vez que suelto uno de estos datos, 
chispazos de información que conozco,
y terminas disociando.

¿Huyes de mí acaso?

Tormenta de emocionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora