En una noche como cualquier otra, encontró una estrella en medio de la sombría oscuridad. Un suave tintineo como el ritmo de su corazón, más no latía en la misma sintonía.
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Winter es un psicólogo pero no se centrará en eso sí no principalmente en...
Cuando llego a su departamento, preparo la cena y se fue a dormir. Winter pensaba en darse una ducha antes de eso pero su cuerpo estaba demasiado cansado como para volver a levantarse o si quiera pensar en algo más que las ganas que tenía en dormir. Finalmente, al cabo de unos minutos consiguió su cometido, cayendo en un profundo sueño.
En aquel mundo de las fantasías, se veía a si mismo yendo en dirección hacia su oficina, parece ser que en sus sueños tampoco puede escapar de su trabajo. Suspiro profundamente, tomando la perilla de la puerta, al cruzar se dio cuenta que había alguien sentado frente a su escritorio. Y aunque no podía ver su rostro, reconoció al instante de quién se trataba. Sin embargo, despertó gracias a su alarma de siempre.
— Mhm.. que remedio.
Apartó las sábanas de su cuerpo, la brisa de la mañana lo envolvía se forma gratificante y placentera. Luego de estirar sus músculos, se puso de pie para ir a darse una ducha. Este dia se pondría su bata que normalmente usaba, el traje era cómodo pero a veces necesitaba pequeños cambios de vez en cuando.
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El agua tibia de la ducha caía sobre su piel, recorriendo cada parte de su cuerpo hasta tocar el suelo de mármol. Winter se dejó llevar, cerrando los ojos para disfrutar de la calidez que lo envolvía como un lindo abrazo reconfortante. Al mismo tiempo, el calor disolvía sus tensiones acumuladas en un efímero instante. Mientras tanto, otra de sus manos se alzaba para tomar la barra de jabón, comenzando a frotarla sobre la suavidad de su piel, creando espuma al contacto.
Pasando los minutos, el peliblanco ya se encontraba devuelta en su dormitorio. Estaba parado frente al espejo, haciéndose el nudo de la corbata con movimientos meticulosos y precisos. Se notaba que era todo un profesional en ese ámbito, después de tantos años aprendiendo trucos y perfeccionando su habilidad.
— Otro día más.
Musitó, saliendo de su departamento hacia las calles de la concurrida ciudad. A veces, en el fondo estaba aburrido de la misma rutina de siempre, tan monótona y aburrida. . .
¿Pero que otras opciones tenía?
Cuando tenía sus "vacaciones" tampoco podía sentirse tranquilo, su mente divagando en el tema del trabajo. Necesitaba un gran cambio significativo, pero no sabía dónde encontrarlo o como conseguirlo.
Y quizás no lo sabía aún, pero Petrikov estaba pasando por una situación similar. Tal vez el futuro pronto los haría coincidir, pero por ahora no quedaba otra más que esperar. . .
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