Apoye la cabeza en el marco de la ventana, mirando las calles con luces brillantes, los autos pasar sin chiste alguno, o quizá es que su temática no sea ser payaso para mí en estos momentos.
—Suficiente—me giro al escuchar el golpe que Beca le dio a la encimera—Has estado muy apagada desde el viaje ¿ocurre algo?
—¿Es que soy un foco para estar prendiéndome cada vez que te venga en gana? —enarco la ceja.
—Pues pareces uno.
Resoplo y me dejo caer en el sofá, cansada.
—Oye foco.
Beca ha comenzado a burlarse.
—Este foco esta fundido en este instante—cierro los ojos, implorando paciencia.
—Anda chica, no te fundas ahora—ríe—Tenemos que pasarla bomba estos días si queremos estar al cien el lunes.
Aprieto los ojos con fuerza al escuchar el LUNES, miro a mi mejor amiga desde la universidad, dicen que en un dúo de amigas siempre está la reservada que cuida a su amiga en días de borrachera y profundo romance por las fiestas nocturnas, y esa reservada con genio de los mil rayos...
Soy yo.
Beca siempre se lo ha llevado leve, graciosa, fiestera y de un humor de arcoíris, nos conocimos en la universidad y desde entonces nos volvimos inseparables. Le pasaba los apuntes, le daba clases extras para los exámenes por si no entendía algo—siempre entendía nada—y evitaba que hiciera el oso en alguna fiesta.
¿Qué medaba a cambio?
¡Citas a ciegas!
No había día en el que no estaría organizándome una, aunque debo agradecer que todos los chicos que me presento eran guapos, el único problema fue que no conecte con alguien, de esa conexión tan bonita que tienen los protagonistas de los libros de romance, sentir esas mariposas o que a primera vista comience a sonar Perfect Ed Sheeran, pero todo era ficción, todo era fantasía...no era la realidad y tenía que...
—¡Despierta!
Di un respingo ante el grito de Beca, la rubia ya estaba cruzando los pies en el sofá y con su bebida alcohólica en las manos.
—Ya deberías dejar de beber—arrugue la nariz—¿Qué pensaran los alumnos si se enteran que su profesora de física es una alcohólica?
Dio un sorbo y lo puso en la mesita de noche.
—No tienen por qué enterarse, además. Vas a cuidarme ¿no?
Puse los ojos en blanco.
—Ándale amiga—comenzó a hacer pucheros, de esos que hacía siempre que quería que la acompañara a algún bar—Prometo conseguirte un chico multimillonario esta vez.
Resople.
—¿Quieres dejar esas citas incoherentes?
—¿Quieres dejar esa soltería que me agobia?
—¿Y tu por que no la dejas? —me cruzo de brazos.
Abre la boca, indignada.
—P-pues...p-porque...yo no estoy soltera.
Enarco la ceja.
—Ah ¿no?
—Pues no, ya tengo a alguien—insiste—Y es el más guapo de todo el instituto.
Me llevo una mano al corazón, dramáticamente.
—¿Te has escogido a un estudiante?
Beca me estampa el cojín en la cara.
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Un Amor Prohibido
RomanceNora jamás imaginó encontrar un amor tan imposible que le costara su propia respiración, un amor juzgado por la ley y por el país entero. Leo McGuire lleno su corazón de amor e ilusiones, pero el destino los condeno por quebrantar la ley que habían...