CAPITULO I

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Los vidrios empañados de su departamento solo eran la muestra de la baja temperatura del exterior. Podían observarse personas caminando por las calles con sus grandes abrigos y bebidas calientes en termos.

No quería salir de su departamento, estaba cómodo ahí entre las cálidas y suaves mantas de su cama, se removió lentamente hasta quedar sentado a la orilla de esta aún envuelto en las cobijas. Su cuerpo se sentía cansado, tal vez por todo el estrés y movimiento que había tenido esta semana. El cansancio físico era algo que Jimin conocía muy bien.

No supo cuánto tiempo pasó viendo fijamente su alfombra perdido en sus pensamientos hasta que su mirada viajo al pequeño reloj al lado de su cama que marcaba diez para las siete. En ese momento el tamaño de sus ojos se agrando notablemente a pesar de estar hinchados por apenas levantarse.

Solo tenía 10 minutos. Corrió hacia el armario tomando un pantalón y el primer abrigo que estuvo a su alcance, avanzó velozmente por todo el departamento tomando sus cosas y se fue no sin antes alimentar a su gato. El frio viento chocaba en su rostro ya entumido mientras corría por las calles del centro de Seúl empujando ligeramente con su cuerpo a las personas que pasaban muy cerca de el.

La universidad le quedaba a unas cuadras así que probablemente llegaría solo un par de minutos tarde. Avanzo tan rápido entre la gente que no presto atención a muchas cosas que pasaban a su alrededor. Iba tan concentrado un posible regaño de parte de su profesor que el montón de personas que estaban reunidas al otro lado de la calle como quien presencia un accidente paso completamente desapercibido para el, al igual que las personas que caminaban en sentido contrario a el ligeramente alteradas.

Tal vez si hubiera visto lo que pasaba en ese momento podría haberse ahorrado muchos problemas futuros.

Al llegar a su edificio su respiración estaba ya bastante agitada, su cara picaba por el frio pero se sentía aliviado de haber llegado a tiempo. Solo que había algo un pequeño detalle ¿porque no había nadie? Era la pregunta que Jimin se hacia interiormente.

Avanzo por los pasillos del lugar asomando su cabeza por las pequeñas ventanas de las puertas para ver si encontraba a alguien. Por un segundo paso por su cabeza la idea de que tal vez suspendieron actividades ese día. En ese momento recordó su celular, no lo había visto desde la noche anterior tal vez le habían mandado mensaje avisando de la cancelación de clases ese día.

Jimin prendió su celular, lo que vio lo confundió mucho, tenia muchas llamadas perdidas de sus padres, de su hermano y mensajes de sus amigos. Instantáneamente su teléfono comenzó a sonar, la imagen de su padre era lo único que se podía observar en pantalla.

_¿Padre? _la ultima vez que su padre lo había llamado fue para avisarle que su hermano estaba en el ejercito, así que tenia que ser algo muy importante.  

_Jimin ¿donde estas? ¿estas bien? _la voz algo alterada del hombre hizo que el rubio entendiera que algo estaba pasando.

_Estoy en el instituto, ¿que pasa?_ pregunto Jimin con la voz temblando, estaba nervioso toda la situación era demasiado extraña, tenia un mal presentimiento.

_Sal de ahí, intenta encontrar algún carro de militares, ellos te llevaran a un lugar seguro el problema aun no ha avanzado mucho, hazlo ahora antes de que todo se salga de control _La voz de su padre se encontraba agitada, como si estuviera moviéndose mucho.

_¿¡Un lugar seguro!? ¿¡Porque habría militares!? ¿¡de que estas hablando papá!?_ Intento mantener la calma pero no pudo evitar alterarse al escuchar eso ¿era una broma?

_Jimin cállate no grites, solo no grites_ hablo su papá algo desesperado intentando tranquilizarlo, el chico no entendía nada._ solo, por favor busca un carro de militares diles el nombre de tu hermano y pídeles que te ayuden, cuando lo hagas intenta comunicarte conmigo_

-Infectados-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora