Prólogo: La caída de la elfa y la espadachina

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Pov narrador

Hace muchos años, antes que los dioses sellaran el dungeon. Una masa de la más pura y vil oscuridad se formaba.

Hecha de la negatividad del lamento y odio de los humanos que eran asesinados por los monstruos. Y encarnada y moldeada por las entrañas del dungeon.

Aquella masa era pequeña, era del tamaño de un pallum promedio.

Pero nunca hay que juzgar algo por su tamaño.

Formada en las profundidades del dungeon, en el último piso sin explorar de este. Desde tiempos remotos, desde la misma existencia del dungeon. Aquella masa creció y creció.

Hasta convertirse en un gran pozo de oscuridad materializada.

La ira, odio, tristeza, envidia, gula, y toda emoción negativa de la humanidad se encarnó.

Cualquier ser, ya sea bondadoso o no. Cayese a aquel pozo, su cuerpo y mente serían consumidas por aquella masa de oscuridad. Corrompiendo su ser hasta dejar de ser el mismo.

Y volviéndose… un ser alterno, lleno de odio y maldad.

Esta es la historia de como dos pobres chicas cayeron presas de aquella masa de oscuridad.

Esta es su historia de corrupción.

Y de su caída a la oscuridad.

X.X.X

[Piso 18, en lo profundo del bosque]

En el bosque que componía el piso dieciocho, una joven elfa de cabello corto verdoso caminaba lentamente por un pequeño camino de tierra.

Vestía una capa verde con forma de flor que cubría parte de su cara, junto a una mascarilla verde.

Usaba una blusa blanca y unos pantalones cortos de color verde. Sus piernas estaban expuestas. Y unas botas cafés cubria sus pies hasta sus tobillos.

Llevaba un ramo de flores en sus manos. Caminaba perdida en sus propios pensamientos.

"Ha pasado un mes desde que las fui a visitar, no he tenido un día libre en mucho tiempo" la elfa pensó con cierta pesadez y cansancio. Siguió caminando a paso lento. "Alise… kaguya… lyra…"

El recuerdo de sus preciadas amigas y compañeras pasó por su mente. Felices recuerdos de hace siete años, donde ellas aún seguían vivas.

Eran hermosos recuerdos que ella siempre iba a atesorar.

La elfa se detuvo, había llegado a su destino. Un gran área despejada del bosque. Dónde había un gran monticulo de tierra con varias armas enterradas. Era un lugar que destacaba demasiado.

Camino hasta quedar en frente del montículo de tierra, la cual era una tumba. Y dejo el ramo de flores sobre la tierra amontonada.

Flexionando las rodillas y agachándose en cuclillas, dejo el ramo. Y contempló la tumba por varios minutos.

"Chicas… prometo que vendré más seguido a verlas. Tal vez durante el próximo mes, vendré lo más pronto posible" ella sonrió, era una sonrisa cálida. Acompañada de una gran melancolía. "Las extraño mucho…"

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⏰ Última actualización: Oct 13, 2023 ⏰

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