Canto III: ❝Soberbia❞

46 9 0
                                    

Desdicha y pena. Ella tan solo miró
desdicha y pena. Pisó granos de arroz,
bebió todo el vino y luego se durmió.
Intentó morir pero no lo logró.

Se perdió la pasión, nada ocurrió.
El dolor nació en quebrantado grito.
Como “Dolores” su nombre fue inscrito,
el obnubilado pasado en vida incurrió.

Enjuagó los platos con sus lágrimas,
sus días mutaban como ánimas.
No existía ironía más amarga
que ese inapropiado fulgor.
¡Todo fue una mentira! Un error…

Lavó los desperdicios con desprecio,
confundió esas motas moradas 
atadas a su piel con aprecio.

Amamantó a su cría, atrajo miradas
y con ello más motas moradas.
Era el contacto directo, piel con piel,
su esposo, con afecto, escupe su hiel:

«¿Cómo te atreves a hacerte ver? 
Veo tus mañas, me haces enloquecer.
Una buena mujer siempre se debe someter.

¿Por qué insistes? ¿Por qué te resistes? ¿Por qué lloras?
Trato de hacerte entender pero siempre me ignoras.
Estoy condenado desde la boda, tu presencia me incomoda.

Eres una inútil, siempre debo explicarte mil cosas.
Nadie te entiende, las mujeres son vanidosas,
solo sirven durante la alcoba.

Maquilla tu rostro, me haces quedar mal.
Mi paciencia se está acabando.
¿Con qué derecho me estás contestando?
Cierra los labios y tu lagrimal.

Mi pasado me precede, he conseguido mujeres
con mejor aroma, mejores placeres. 
Te abandonaría si pudiera, puedes creerme.
No enojes a tu amo, por algo le temes.

Sostenme, hoy tengo el número de la suerte.
Me voy del país, ya no me ruegues. 
Si no eres mía, nadie más puede tenerte.
Sé que lo deseas, ya no lo niegues».

─Compré otro boleto de lotería.
─Ya no nos queda comida.
─Esta es la buena, confía.

El ego en sus nudillos como muestra de poder.
Él escupe su hiel, motas moradas en su piel;
la quiere mansa para que no lo pueda morder.
Se acabó la fanfarria, noches extensas sin miel.

─No hay nada bueno para comer.
─No hay comida, te lo conté ayer.
─Tengo un boleto, podremos vencer.

No llores, me tienes que creer.
Saldremos de esto, pagaré el precio
que sea necesario porque me aprecio
más que a ti, más que al resto...

Como burgués, mejoro el contexto.
Toco y tomo todo lo que tengo.
De tus fantasías soy el sustento.
¿Quién te crees? No hay pretexto.
Con esta pericia, solo yo me sostengo.

Como serpiente, el diablo entró e hizo zigzag en sus entrañas;por todos sus orificios, hijos parió

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Como serpiente, el diablo entró 
e hizo zigzag en sus entrañas;
por todos sus orificios, hijos parió.
Vio todo, quemaron sus pestañas.

─¿Eso es lo que me espera? –─preguntó
abatido, cansado, adolorido.
─Ve con ellos, disfruta del páramo ─le instó.
No se resistió, no hubo alarido.

─¡Alto! Él viene conmigo. 
─¿Por qué has de llevarlo contigo?
─Habrá un nuevo juicio y es mi testigo.

Dolores y el sátiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora