La vida como contadora la mantiene a raya. Días tras días, ocupada con su trabajo y asuntos familiares, - que nunca eran una molestia para ella - no percibió que perdía algo mientras lo hacía:
Su vida sexual.
Tragándose su orgullo, por recomendación de su amiga, contrata a una persona para revivir sus fantasías. A través de esos deseos feroces y ardientes, florece algo más con lo que Jennie no sabe que hacer sentimientos.
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