<-maldición adictiva-> #+18

🕊️1🕊️

— seguro?.

— sí estoy seguro.

— bueno hasta mañana Jimin — reí.

— Hasta mañana — reí.

*Jimin empeso a caminar, el era un chico de 16 años, muy alegre y humilde, estonces una camioneta negra se paro a su lado y un chico bajó le puso un trapo en la boca y lo metieron a la camioneta su celular que llevaba en las manos se calló al suelo y la camioneta se fue sin dejar rastros, jimin se durmió al instante por el efecto de la escopolamina, cuando despertó estaba en una habitación blanca pero con sangre en las paredes, Jimin se asustó mucho y empeso a llorar y de repente la puerta se habrio*

— despertaste por fin — hablé.

— tu-tu quién eres? Por qué me trajiste aquí? — hable llorando.

— tranquilo sólo hago mi trabajo — dije y empese a reí — ay mi querido Jimin te espera un buen futuro — entonces salí de ahí.

— cómo sabes mi nombre?!! Quién eres! Maldita sea déjame ir!! — grité y la puerta se cerró estaba amarrado no podía moverme.

— A quién se lo venderás? — pregunte.

— a Min — hable y subí arriba.

— Jungkook estás loco como se lo vas a vender a yoongui es un niño, sabes las cosas que le haría ese monstruo. — hable molesto.

— Taehyung cállate sí, yo se lo que hago, el me pagará bastante por él — reí.

— Estás loco de verdad — hable furioso y me fuí de ahí.

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— ayuda! Saquenme de aquí!! Por favor!! Ayuda!! Dios sácame de este lugar! — grité mientras lloraba.

— Shh cállate bonito apenas llevas una semana aquí y ya te estás volviendo loco — entre con un plató de comida — necesito que comas para mantener esos cachetes gorditos, además hoy acaba tu sufrimiento — reí y dejé la comida a un lado.

— va-vas a matarme? — lloré.

— no yo no, si no el, entra! — y el entró.

— buenas caballeros — reí y fuí dónde jungkook.

— el es el chico — lo míre.

— oh este chico vale diamantes — saqué unas llaves de mi bolsillo y quiete las cadenas — bebé tu te irás conmigo — reí y saqué mi pistola — levántate — lo apunté.

— por favor no me hagas daño — me paré y seguí llorando.

— si no obedeces te haré daño, ahora camina — dije y el empeso a caminar hacia la salida.

— yoongui y el dinero — hable.

— mis hombres y lo dejaron en la sala — hable y seguí al chico con mi pistola en su cabeza.

— okey — dije y salí de ahí.